¿El futuro del cine de horror?
Eres niño y despiertas en medio de la noche para descubrir que no hay nadie en casa. Aquello que debería ser familiar y reconfortante resulta frío y hostil. Lo único que te rodea son cuartos vacíos y pasillos envueltos por una oscuridad asfixiante. Crees ver formas y rostros en cada esquina, envueltos por la nieve visual donde todo se torna difuso. Anhelas que sea una pesadilla. Que venga tu familia y te rescate de aquella soledad, de aquel miedo primigenio. Solo que, estás a merced de algo que no comprendes, de algo que te odia. Y no hay escapatoria.
Este es el tipo de terror infantil que evoca la cinta Skinamarink; una producción independiente a cargo del realizador Kyle Edward Ball, quien se hizo conocido por su canal de Youtube: Bitesized Nightmares. Su estilo está catalogado dentro del subgénero “horror análogo”. En donde la estética retro y las imágenes pixeladas, confieren una capa extra de misterio, no pudiendo dilucidar si lo que estás viendo es solo una mancha visual o si en verdad algo oscuro y demoníaco acecha en alguna parte de la pantalla.
Si bien la trama de Skinamarink no es el principal atractivo de la cinta, podríamos decir que se trata de la historia de dos hermanos pequeños, Kevin y Kaylee, los cuales descubren con el paso de las noches que algo extraño está ocurriendo en su casa, pues no logran encontrar a sus padres y las puertas y ventanas están desapareciendo sin aparente explicación. Mientras tratan de dilucidar qué ocurre, sucesos cada vez más extraños comienzan a desarrollarse. En noches sin fin, con el único refugio de la luz que emite la pantalla del televisor y su propia compañía para combatir aquello que no terminan de comprender.
Cabe aclarar que Skinamarink es una película de corte experimental. Por lo que es importante ir sin las preconcepciones que esperaríamos encontrar en el medio. A diferencia de la mayoría de películas de horror, esta cinta se nutre de la ambigüedad y de la lenta cocción, recubriendo de esta cualidad tanto su historia como sus encuadres y secuencias. Pues prácticamente no vemos a los personajes en pantalla, solo partes de su cuerpo o pasillos o la televisión. Y esto es porque todo el tiempo la cámara se sitúa a la altura de los niños, vemos y oímos desde su perspectiva. De la misma forma, la información que recibimos como audiencia es la misma que ellos. Es por esto, que nuestro disfrute de la cinta dependerá de qué tanto logremos proyectarnos en los zapatos de este par de hermanos.
Además, gran parte del atractivo de la cinta es que el público teja tus propias teorías sobre los motivos ocultos de qué realmente ocurrió en aquella casa. ¿Violencia familiar? ¿Un limbo perpetuo? ¿Un demonio que se alimenta con el sufrimiento? Nuestro esfuerzo es tratar de unir las piezas, algunas tan diluidas y difuminadas que la tarea puede parecer imposible. Pero de todas formas lo único que queda es intentar hacer entrar en razón un mundo que está completamente de cabeza.
Skinamarink se alimenta de un miedo que probablemente tuviste alguna vez de niño. El de sentirte observado en tu propia casa; el de buscar a tus padres y no encontrarlos por ninguna parte; el de una soledad que se cuela paulatinamente; el de tener miedo al asomarse en el pasillo, temiendo encontrar en el fondo tus pesadillas más ocultas. Es un terror sutil y sincero, que amenaza con convertirse en el futuro del género al contar con historias más atrevidas y alejadas del canon conocido por todos nosotros.
Por ello, Skinamarink se vuelve una película de difícil acceso para aquellos no tan aficionados al género del horror o que no les gusta arriesgarse con propuestas experimentales, pues si algo es cierto es que la película peca de un ritmo un tanto inusual. Por el contrario, si te gusta conjurar tus propias teorías y eres un ávido amante del género del terror, entonces esta cinta refrescará tu perspectiva y te abrirá nuevos horizontes de lo que es posible hacer con una cámara y una gran imaginación.
Eso sí, de algo podemos estar seguros. Las imágenes que verás te acompañarán por un largo rato. Una vez estés de vuelta en tu casa. Solo. Y no logres distinguir aquello que se vislumbra en el fondo del pasillo. Envuelto en completa oscuridad. En perpetuo vacío.
Sobre el autor
Ficha técnica
- Título original: Skinamarink
- Dirección: Kyle Edward Ball
- Guion: Kyle Edward Ball
- Reparto: Lucas Paul, Dali Rose Tetreault, Ross Paul
- Duración: 100 min.
- País: EUA
- Año: 2023