Una reflexión sobre la depresión y el vacío existencial
Pareciera en estos tiempos que la fascinación, magia y poder de las cintas de superhéroes ha disminuido. La audiencia ya no responde de la misma forma a los mismos y no es enteramente culpa suya. Es innegable que, en el cine de entretenimiento, estas historias de repente han caído en una pretensión superior que ha enterrado su universo (el DCEU de Snyder) o se sintieron tan confiados que descuidaron historias, exageraron conexiones y saturaron las pantallas con proyectos que nadie pidió o que, simplemente, han sido medianos.
En medio de esa pérdida de fe, la vieja fórmula de Marvel, aquella que le funcionó con creces en su primera fase antes de llegar a Infinity War y Endgame, viene al rescate con un grupo de antihéroes poco común encarnado por un gran ensamble y aderezado con una profundidad interesante sin comprometer o dejar de lado la prioridad de estos filmes: entretener. Se trata de los Thunderbolts*, un grupo de personajes rotos y vulnerables que se atreven no a hablar del bien y el mal, sino de la salud mental a través de su misión.
En un mundo donde no existen los Vengadores y en el que el último Presidente de los Estados Unidos se convirtió en un Hulk rojo, la política y manipuladora Valentina (Julia Louis-Dreyfus) está bajo investigación por aprovechar su poder para hacer misiones y experimentos no aprobados. Para terminar con las evidencias en su contra, contrata a Yelena/Viuda Negra (Florence Pugh) para echarle una mano. Sin embargo, descubrirá que su misión es una traición en la que ella y otros personajes fuera de ley como Fantasma (Hannah John-Kamen), U.S. Agent (Wyatt Russell) y el misterioso Bob (Lewis Pullman) iban a ser asesinados.
Esto provocará que este grupo de inadaptados termine por hacer equipo y, sin saberlo, se conviertan en la última esperanza para salvar a la humanidad de un destino terrible. Pero ¿cómo volverse un héroe cuando todo lo que has hecho te ha quebrado en el camino? Esa es la interrogante principal de esta cinta de Marvel en la que su director, Jake Schreier, sacrifica un poco la acción sin freno y el exceso de efectos especiales para aterrizar una mucho más humana reflexión sobre la depresión y el vacío existencial que todos enfrentamos de vez en cuando.
Uno de los principales aciertos del filme recae en el ensamble actoral. Tenemos regresos como el de Ava Starr/ Fantasma (Kamen) que se mantiene como un buen personaje secundario cuyas heridas son conocidas por todos desde Ant Man y la Avispa (2018). Con ella, viene el Guardian Rojo, a quien David Harbour le da una vida muy curiosa, casi como un adulto que paedece síndrome de Peter Pan y que no deja de vivir de sus viejas glorias heróicas pero que se siente como un fracaso.
Por otro lado, tenemos al U. S. Agent (Russell), que desde Falcon y el Soldado del Invierno (2021) mostró esa debilidad por la perfección y el falto manejo de poder que lo hizo caer en desgracia a nivel público, además de Bucky/ Soldado del Invierno (Sebastian Stan), que pareciera ser el mejor parado de todos, pero sigue sin afrontar las culpas de su pasado que lo atormentan. Al frente de todos está Yelena (Pugh), que enfrenta una crisis existencial severa, sintiendo un vacío, un despropósito que la lleva a tener ideas de terminarlo todo.
Es en ella donde recae el mayor arco de los Thunderbolts*, compartiéndolo con el mismo Bob (Pullman), el afable desconocido que se une a los rotos inadaptados y cuyo pasado esta lleno de abuso, maltrato y hasta adicciones. Tanto Yelena como él comprenden esa horrible sensación y es lo que los hace una dupla por demás interesante que estudia las profundidades de la depresión. Es emotivo ver que ambos van fraguando su camino con diferentes retos hasta ver que todos somos luz y oscuridad en algun momento.
Yelena, como su hermana, termina haciendo una catarsis poderosa que la lleva a tomar su rol como líder de un grupo que tenía todo para fracasar. Los escasos super poderes, la falta de comunicación y sus problemas personales indican que ellos no son los héroes que alguien pide en una emergencia. Sin embargo, es el conjunto de sus habilidades y, curiosamente, sus diferencias, lo que hace de esta pandilla, muy al estilo de los Guardianes de la Galaxia de James Gunn, algo llamativo y entretenido.
La profundidad que alcanza Thunderbolts* llega hasta su clímax, donde los simbolismos de la depresión y las causas de la misma generan una batalla bastante original con un desenlace emotivo en donde se nos recuerda que uno puede estar roto pero jamás afrontar los retos y las crisis solos. Afortunadamente, a pesar de lo “oscuro” que toca, la cinta no deja de ser de Marvel y tiene sus momentos tanto de humor como de acción bastante bien creados, recordándonos a esas cintas de la primera fase donde la historia generalmente era sólida y el entretenimiento no estaba peleado con lo “serio”. Ejemplo de ello sigue siendo Capitán América y el Soldado del Invierno (2014).
Otro punto aplaudible es la banda sonora que corre a cargo de Son Lux, trío que encontró en sonidos diversos un conjunto que se siente tanto íntimo como explosivo. Cada personaje del relato tiene su propio tema en la instrumentación que propone y cuando el equipo de arma, el conjunto de los aparentes ritmos que no encajarían bien en otro lugar, se suma de forma armonioa, muy al estilo del mismo equipo que musicalizan. Eso sumado al nostálgico tema en los créditos de Nothing Gonna Stop Us de Starship le pone una cereza al pastel de la sanidad mental que representa Thunderbolts*.
Se agradece también que la mayoría de los efectos visuales sean de forma práctica, pues le dan cierta autenticidad a la vulnerabilidad del equipo. Eso no quiere decir que, como Marvel nos ha acostumbrado en últimos años, no haya detalles en ese aspecto, en específico en una parte donde la poderosa revelación de Sentry se enfrenta a los comunes héroes. Fuera de eso, la cinta se mantiene en un buen equilibrio, creando breves secuencias de acción que incluyen incluso un bello guiño a Terminator 2: El Juicio Final (1991) por parte de Sebastian Stan.
Conclusión
Thunderbolts* se erige como un gran paso nuevamente para Marvel, que parece quiere retomar el rumbo al menos hacia el final de esta desequilibrada e irregular etapa, sentando un importante precedente para lo que se viene en Los Cuatro Fantásticos, pero sobre todo para el desenlace que da el primer paso con Avengers: Doomsday el próximo año. Ojalá lo que venga mantenga esa memoria de cómo se puede entretener sin sacrificar una buena historia, evitando caer en ambiciosas pretenciones o en una gracia exacerbada. Pero mientras, hay que recordar que los héroes se ocultan incluso en las almas más rotas, en aquellas que tienen oscuridad, si, pero que al final llegan a esa luz que los hace ser algo mejor.
Sobre el autor
Summary
- Dirección: Jake Schreier
- Guion: Eric Pearson y Joanna Calo
- Reparto: Florence Pugh, Sebastian Stan, David Harbour
- Duración: 126 min.
- País: EE.UU.
- Año: 2025