Oso intoxicado – Reseña

Un balance entre la comedia y el horror

Corría el año de 1985, en plena era de la Doctrina Reagan en Estados Unidos, cuando la Guerra Fría continuaba, el lema de «Make América Great Again» aparecía por primera vez, el pánico satánico se desataba en los medios y las campañas antidrogas darían pie a una larga guerra contra los narcóticos que persiste a la fecha, donde un piloto llamado Andrew Thornton se lanzó al vació con un paracaídas y unos 135 kilos de cocaína encima, cayendo muerto en una residencia cerca de Knoxville, Tennessee con sólo 40 kg de esa particular droga. Unos meses después, en la frontera con ese estado, se encontró la droga desparramada y el cuerpo de un oso de 80 kilos muerto por sobredosis.

Este hecho real sirve para que la comediante y directora Elizabeth Banks regrese al ruedo después del feo tropezón que se dio con Los ángeles de Charlie (2019), tomando como inspiración una simple cuestión: ¿qué fue lo que sucedió en el ínter entre la muerte del piloto y el animal drogado por tanto químico en su sistema? La absurda e hilarante respuesta hipotética se presenta en Oso intoxicado, donde la directora retoma aquellas películas clásicas de animales como amenazas peligrosas de los 70s y 80s como Piraña (Dante, 1978) o Alligator (Teague, 1980) llevándola a un extremo bastante alocado.

La idea de una fauna intoxicada que se desata contra los humanos no es algo nuevo. El antecedente más reciente es la muy irregular Serpientes a bordo (Ellis, 2006) con Samuel L. Jackson. Sin embargo, Banks hace un combinado de historias que convergen poco a poco en el camino del oso drogado, usándolos como parte de una crítica mordaz a esa época de Reagan a través de un humor negro bastante incorrecto que puede incomodar a los que se tomen muy en serio este relato. Desde los peones que buscan recuperar los paquetes perdidos, Daveed (O’Shea Jackson Jr.) y Eddie (Alden Ehrenreich), hasta la madre, Sari (Keri Russell) preocupada por su hija y su amigo (Brooklynn Prince y Christian Convery), hasta las autoridades que no tienen idea de lo que está pasando.

Desde la secuencia inicial, Banks deja claro la clase de espectáculo que vamos a presenciar, uno en el que el Internet tiene la última verdad de todo, la guerra contra las drogas y el orgullo del Estado recae en las no siempre honestas autoridades y la estupidez de los humanos o las carencias en las relaciones de padres e hijos crean un universo totalmente absurdo que jamás se toma en serio. Curiosamente son esos factores los que le añaden una capa interesante aunque un tanto ramplona al desastre que el protagonista del filme, el querido ‘Escobear’, desata con tintes de un gore barato y efectos especiales que, aunque burdos, son perfectos para lo que presenciamos.

Además de ese sentido de exageración sin límites, la historia se apoya en elementos que funcionan muy bien para mandarnos de vuelta a los 80s. Uno de ellos es, sin duda, la banda sonora que va desde la composición de Mark Mothersbaugh, donde se nota el uso de sintetizadores y otros elementos típicos de esa época, ya no digamos el tema principal del intoxicado protagonista. A ello, se añade la selección perfecta de éxitos de ese momento, destacando un tema clásico de Depeche Mode que es usado para una de las secuencias más memorables del filme, además del remix de White Lines (Don’t do it) creado por Pusha T, pues ¿qué otro tema sería digno de esta locura?

Destaca también el uso del gore, pues el salvajismo de la naturaleza que se rebela en contra de la cruel (y muy idiota) humanidad es de destacarse. Ahí, Oso intoxicado encuentra un balance entre la comedia y el horror, creando una increíble pero amenazante empatía con ese peculiar protagonista. Hay secuencias de una brutalidad interesante en las que es inevitable reír. Mucho del mérito de la efectividad de este relato recae no sólo en la vena cómica de Banks sino en la capacidad del guionista Jimmy Warden de equilibrar ambos factores en este aparente sin sentido hilarante, dejando de lado cualquier pretensión o profundidad para simplemente entregar algo simple y entretenido. 

Conclusión

A pesar de tener ciertos detalles técnicos o caer un poco en alguna sensiblería al darle un sentido a algunas de las relaciones de los humanos que rodean el despertar de este oso intoxicado, no cabe duda que la línea marcada por este animal es realmente de lo más divertido e irreverente que hemos visto en mucho tiempo, ofreciendo un verdadero mal viaje lleno de violencia y drogas así como de un humor incómodo que logra reproducir una época en que el espíritu mundano de esta historia sirve para burlarse de las concepciones puritanas del reaganismo que, irónicamente, persisten a la fecha.

Sobre el autor

Ficha técnica

  • Título original: Cocaine Bear
  • Dirección: Elizabeth Banks
  • Guion: Jimmy Warden
  • Reparto: Keri Russell, Alden Ehrenreich, O’Shea Jackson Jr.
  • Duración: 95 min.
  • País: EE.UU.
  • Año: 2023