Noticias del gran mundo

Un clásico western para tiempos modernos

El western es uno de los géneros que forma parte de la historia cinematográfica, ya sea en su visión italiana de presentar la figura del héroe como alguien misterioso y de dudosas líneas morales, o a la ‘americana’, donde el protagonista se rige por unos valores que hace valer a través de tremendas desavenencias en el camino a cumplir su misión.

Siguiendo esta fórmula donde figuras como la de John Wayne vienen a la mente, el director Paul Greengrass se alía de nueva cuenta con el carismático y buen actor Tom Hanks después de siete años (Capitán Phillips, 2013) para traernos un western clásico con tintes de road-movie en Noticias del Gran Mundo, película basada en la obra de la poeta convertida en novelista Paulette Jiles.

La premisa nos mete de lleno a la época post Guerra Civil norteamericana, en plena reconstrucción del país por parte de los norteños en el estado de Texas. Es en ese ambiente que conocemos al retirado capitán de las fuerzas sureñas, Jefferson Kyle Kidd (Hanks), quien en su camino como narrador de las noticias que acontecen, se encontrará con una huérfana (Helena Zengel) que fue criada por los indios Kiowa. Así, la historia de estos dos personajes se cruzará en una aventura inesperada por el sur de los Estados Unidos en busca de la familia más cercana de la joven, haciéndolos enfrentar toda clase de peligros en aras de encontrar un hogar.

Hay puntos muy destacados en este filme, mismo que buscaba estrenarse en salas de cine pero que, debido a la situación sanitaria en la actualidad, encontró mejor cabida y distribución por parte de Netflix. Uno de ellos es justo el oficio al que se dedica el protagonista, donde la importancia de las noticias y las verdades detrás de ellas chocan de repente con los intereses de ciertos individuos, tocando el tema de la manipulación y las “fake news” que adquieren un significado importante en este momento.

Eso, aunado al reflejo de una nación a todas luces dividida por la Guerra Civil que no cura del todo sus heridas sino que se inclina más por la división, misma que se ve reflejada en los actos salvajes de discriminación y racismo así como por la persecución que se hace a los indios americanos en el éxodo que vivieron por sobrevivir y mantener sus raíces, son algunos planteamientos interesantes que nos remiten a la actualidad del pueblo norteamericano.

En medio de este duro panorama nos encontramos con un rayo de esperanza en la odisea que emprende Kidd al lado de esta niña, aceptando una misión que a todas luces no le corresponde realizar pero que se siente obligado a llevar a cabo gracias a ese sentido de pérdida que poco a poco va uniendo al veterano capitán con la inocente niña ‘salvaje’ que, de alguna forma, tampoco encaja en este clima de desunión.

La química entre Hanks y Zengel es algo que le da ritmo e interés al relato. Greengrass saca lo mejor de esta dupla que nos recuerda a viejos westerns como True Grit (Hathaway, 1969) o The Searchers (Ford, 1956), donde las desigualdades unen a este par que usualmente no funcionaría del todo en un viaje que nos mostrará las secuelas sociales de la guerra, pero sobre todo, un camino de reencuentro en el que ambos personajes rotos buscan encontrar un lugar al que puedan llamar hogar en medio del dolor, el peligro y la pérdida.

Aunque puede ser tachada de poco original, pues no viene a reinventar el género, o como un simple relato de la figura paterna perdida que encuentra una razón para seguir adelante al proteger a una niña, la manufactura en la cinta de Greengrass hace que no sea sólo un relato de este tipo al conjugar grandes valores cinematográficos a la película.

Uno de ellos es la música original que nos acompaña en la odisea que presenciamos, compuesta por James Newton Howard, donde los sonidos del Oeste como el bajo y otros elementos, se combinan para darle un adecuado acompañamiento a lo que vemos y vivimos en pantalla. También tenemos la bella fotografía a cargo de Darius Wolski, donde podemos apreciar el paisaje de este mundo que capta tanto la nostalgia como la crudeza del mismo gracias a una paleta de colores donde resalta el uso del azul y el amarillo.

Conclusión

Greengrass y Hanks entregan un western de fórmula clásica que  funciona gracias a sus protagonistas, más allá de un guion de apariencia sencilla pero que toca temas interesantes que se reflejan en tiempos modernos donde la división parece permear no sólo en una nación como los EEUU sino en el mundo, esto en un viaje que busca mostrar lo bueno y lo malo de nuestra naturaleza humana que, ahora más que nunca, busca reencontrarse consigo misma y el lugar al que pertenecemos.

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