Emilia Pérez – Reseña

La obra de Audiard sobre México: una visión particular con Emilia Pérez

Hay veces que una película crea tanto ruido alrededor suyo que es inevitable evitar hablar de ella. Este año, ese fenómeno se ha creado alrededor de la más reciente cinta del francés Jacques Audiard (Un profeta, Dheepan), que desde su estreno hace ya casi un año en el Festival de Cannes provocó aplausos y disgustos. Eso es Emilia Pérez, una cinta llena de polémica que provoca lo mismo repudio que agrado. Pero ¿es acaso la cinta representante de Francia al Óscar tan terrible como “la gente habla”?

Antes que nada, habrá que hablar del cine de Audiard, una obra bastante interesante que ha ofrecido proyectos sin duda interesantes. Pero, como todo cineasta, el galo decidió crear un mundo de ficción para desarrollar una opereta, formato musical que es diferente por completo a la fórmula hollywoodense del musical. En ella, como bien ha dicho el realizador, existen dos elementos importantes: el sprechgesang, término alemán acuñado a la canción hablada, así como la imaginación a partir de un personaje salido de la novela Écoute de su amigo Boris Razon.

Considerando esos factores, Audiard crea un relato en el México contemporáneo visto a través de sus ojos, mismos que desde la primera escena pintan unos mariachis llenos de luces fosforescentes en su traje y el popular coro del fierro viejo que caracteriza a nuestra Ciudad de México. Con ello, la ficción del galo denota un aire fársico, alejado de la cruda realidad o siquiera del posible conocimiento a fondo de una sociedad que conoce como turista, no como creador, pecado que, en efecto, eventualmente regresa para morderlo en la mano pero que al inicio resulta tan alocado como otras miradas del cine nacional e internacional, ya sea desde Chicuarotes de Gael García Bernal, hasta Queer de Luca Guadagnino.

Y así, la opereta comienza con un número en el que uno de sus personajes, la abogada Rita Mora Castro (Zoe Saldaña) habla de la corrupción, la violencia y el contexto en el que ejerce su abogacía. Pero eso es el contexto de algo mucho más interesante: ella no se siente cómoda con lo que hace y no cree que haya salida. De pronto, una oportunidad surge en su vida ante el inesperado rapto de un narcotraficante, Manitas del Monte (Karla Sofía Gascón), que le pide apoyo para una peculiar petición. Él ya no quiere este cuerpo, quiere vivir y sentirse como una mujer, alejarse de todo lo que ha hecho y hacer una transición. 

La premisa no suena nada mal. Pero el problema con Emilia Pérez no es que sea antimexicana, mucho menos el dilema sobre las actrices que no son de nuestro país aunque representen a ciudadanas del mismo. La problemática con la cinta de Audiard comienza por la falta de congruencia en su planteamiento. El guion se da de bruces al no saber capturar realmente el tono de lo que quiere contar, topándose con comedia absurda y a veces hasta ridícula y el melodrama telenovelero que es sello de fábrica en Latinoamérica. 

Tráiler oficial de Emilia Pérez / Zima Entertainment

Pero es el contexto lo que se termina por comer a la cinta. La superficialidad con la que el cineasta galo aborda las problemáticas sociales del país es notoria, pues en lugar de hablar de ello y darle la respectiva seriedad al asunto, lo usa meramente como explotación para el verdadero tema de Emilia Pérez: la transición, no física, sino espiritual, de sus cuatro mujeres titulares, así como el camino hacia una redención. Esa es la mayor falencia de una mirada que, por exagerada o seria que fuera, jamás logra aterrizar del todo bien y empantana el riesgo de su mirada.

Si bien el escándalo comenzó con la actuación de Selena Gomez en la cinta, la reacción gutural fue quemarla en leña verde por un pequeño clip que, de alguna forma, se ha convertido en un meme viviente. Pero más allá de ello, a nivel actoral, la cinta también deja un tanto que desear. Gomez se esfuerza pero entre los diálogos, creados más que nada por la sonoridad de los mismos que por el sentido textual del idioma, y el hecho de no hablar español, situación que viene marcada por el error de una directora de casting y una declaración sobre que no había actrices mexicanas para encarnarlas.

Dejando ese error de decisión y declaración de lado, en efecto, Gomez es quien más difícil tiene el papel y quien más deja que desear incluso en el desarrollo de su personaje. Por otra parte, está Adriana Paz, quien a pesar de su corto tiempo en pantalla, es posiblemente uno de los papeles que tiene un poco más de propósito justificado por la transición entre la esposa víctima de violencia doméstica hacia alguien que encuentra una luz en Emilia. 

Y entre Zoe Saldaña y Karla Sofía Gascón, los papeles que ejecutan son buenos. Poder reflejar un poco de ambas caras de la personalidad de Emilia y Manitas resulta interesante, a pesar de que cierre de una forma tan burda y que jamás concrete del todo el dilema de la transición no física, sino del alma, del mal la bien. Pero es Saldaña quien lo hace mejor teniendo incluso un par de números operéticos destacados, siendo la canción de «El Mal», que vuelve a enfatizar el problema del contexto y la idea de la expiación por medio del dinero sucio la que trasciende más allá del curioso sentido de baile que la acompaña.

Existen aspectos de la fotografía que, por momentos, lucen bien, así como algunos detalles del diseño de producción que, mas allá del desconocimiento de Audiard de la vida en las Lomas o en la mera CDMX, forman parte del absurdo de su mundo. Incluso en las canciones compuestas por la artista Camille existen un par que no suenan del todo mal, estando el himno a los desaparecidos a la mitad de la cinta como otro gran momento de filme, pero que se opaca con los temas horriblemente montados de la vaginopastía así como los dos en los que Gomez canta más, siendo «Mi Camino» un intento de otorgarle esa transición y cambio a su papel pero que, como la gran parte de lo sucedido en esta comedia trágica musical, no se siente natural.

Conclusión

El gran pecado de Emilia Pérez es su ejecución, aquella que queda en una idea interesante que se va perdiendo poco a poco y logra solamente algunos chispazos efectivos. Es así que la cinta resulta ser uno de los filmes más fallidos del galardonado galo, quien ha mostrado mejores facetas que ésta como director, que esta vez, como lo ha hecho en otros de sus filmes, explota de más una mirada eurocentrista de México con un contexto pintado a borchazos gordos donde parece explotar lo que sabe de cultura de forma banal. Y así, Pérez no se convierte en una santa, pero tampoco en el diablo, simplemente se queda en un filme que pudo ser mucho más arriesgado y llamativo, pero que irónicamente nunca encontró su camino. 

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Sobre el autor

Ficha técnica

  • Dirección: Jacques Audiard
  • Guion: Jacques Audiard
  • Reparto: Karla Sofía Gascón, Zoe Saldaña, Selena Gomez
  • Duración: 132 min.
  • País: Francia, México, Belgica
  • Año: 2024