Hombre Lobo – Reseña

Hasta un perro rabioso resulta más amenazador que el nuevo Hombre Lobo

No cabe duda de que el hombre lobo es uno de los monstruos más populares de la cultura. Desde su primera aparición de la mano de Lon Chaney Jr. en la clásica cinta de Universal de 1941, pasando por el Hombre lobo americano en Londres (1981) de John Landis y la mejor transformación a esta criatura jamás vista, hasta la comedia alocada de Wolf Cop (2014) y su secuela. Todos ellos son una pequeña muestra del ingenio que se ha tenido para darles cierto protagoismo que oscila del terror a las risas o el coming of age. 

Sin embargo, la mitología detrás de lo que es la licantropía da un severo tropiezo de la mano de Leigh Whannell, cineasta y guionista creador de  la primera Saw (2004) donde actuaba y trabajaba al lado de su gran amigo, James Wan, que había tenido una buena suerte detrás de cámaras gracias a dos destacadas cintas como el destacado thriller de ciencia ficción Upgrade: Máquina asesina (2018) o la gran reinvención de otra leyenda del terror como es El hombre invisible (2020). 

Esta versión del Hombre Lobo, que anteriormente dirigiría Derek Cianfrance con Ryan Gosling como protagonista, es ahora producida por Blumhouse, productora que sigue creando cintas de bajo costo de género pero que ha bajado notoriamente su calidad desde Halloween Kills (2021). Ante esto, Whannell tomó las riendas del lobo, buscando darle su propia visión y toque al monstruo. Lamentablemente, la mordida de esta criatura es tan floja que hasta un perro rabioso resulta más amenazador que lo que plantea este relato. 

La cinta comienza en 1995, donde gracias a un breve texto de introducción, se explica la desaparición de un excursionista en las remotas montañas de Oregon ligada a un virus misterioso vinculado con la vida salvaje de la región denominado la “fiebre de las colinas”. Es en ese periodo donde un joven Blake Lovell y su severo padre Grady descubren una misteriosa criatura que acecha en el bosque y se esconden en un puesto de caza elevado sin saber que el encuentro marcará la vida del muchacho para siempre.

Después de 30 años, Blake (Christopher Abbott) ahora vive en San Francisco con su hija Ginger (Matilda Firth) y su esposa Charlotte (Julia Garner) con una relación bastante rota y distanciada. En la desesperación por mantener unida a su familia y después de recibir la confirmación de la  defunción de su padre tras su desaparición y las llaves de la casa de su infancia, Blake decide pasar ahí las vacaciones familiares sin saber que este viaje provocará peores cosas en su camino. 

Tráiler oficial de Hombre lobo / Universal Pictures México

Si bien la premisa no suena mal, el problema con este Hombre lobo recae en el planteamiento y ejecución del filme. La cuestión de la licantropía es que tiene ciertas reglas en su mitología bastante claras, mismas que parecen no alterarse aquí pero que jamás ahonda en ello, sino que el contagio y la transformación meramente suceden porque así es. Peor aun, no funciona en el desarrollo debido a que la transformación, una de las partes prioritarias de la licantropía, jamás sucede del todo y nunca se comprende ni justifica bien el porqué pasa más allá de una herida.

Al querer hacer una cinta de horror elevado y abarcar una serie de temas, Whannell se empantana y deja varias aristas completamente abiertas que nunca reciben explicación, recurriendo incluso a recursos muy baratos que solamente permiten alargar la cinta más de lo que debería y no ofreciendo un desarrollo ni del mismo protagonista ni de sus secundarios. El conflicto que había con la familia se diluye mágicamente ante la tragedia y no explora jamás de forma clara esa dualidad que Blake parecía mostrar por momentos. Ni qué decir de la esposa, que todo el tiempo parece no saber qué hacer y toma siempre las peores decisiones de la vida para enfrentar el problema.

Las actuaciones quedan entonces en un limbo en el que no se crea una empatía por ninguno de sus personajes. Ni qué decir de la fotografía que, por momentos, tiene chispazos de buen ver, pero en otros resulta fría. El punto más destacado de la misma resalta en uno de los más grandes aciertos de la cinta al mostrar el punto de vista de la criatura pero sin molestarse tampoco en decir porqué pasa esto y la incapacidad que tiene de entender en su transformación lo que el resto dice. En fin, una cuestion estéticamente lúcida pero de funcionalidad banal.

Hablando del maquillaje, que debería ser uno de los puntos fuertes del filme, Hombre lobo desaprovecha por completo la oportunidad al mostrarnos meramente ciertas escenas violentas pero mostrando un par de criaturas cuya caracterización es bastante mala. En uno de los casos, pareciera que tenemos un miembro veterano de una banda de hair metal, mientras que el otro en lugar de crecer su cabello, parece caérsele más y más. Además, la apariencia y sus apariciones no resultan ser lo suficientemente amenazantes ni capaces de mostrar el salvajismo inherente de la dualidad licántropa.

Conclusión

Entre un tremendo mar de fallas, donde incluso la música del talentoso Benjamin Wallfisch palidece al no sentirse del todo acorde con lo que sucede y resaltar más por un tinte de drama familiar mal desarrollado,  así como una terrible falta de ritmo que hace la cinta aburrida y pesada a pesar de su corta duración, este Hombre Lobo de Whannell nos levanta severas interrogantes sobre esta reinterpretación poco efectiva, siendo la más grande y dolorosa de todas la más básica: ¿dónde quedo la buena licantropía? 

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Sobre el autor

Ficha técnica

  • Título original: Wolf Man
  • Dirección: Leigh Whannell
  • Guion: Leigh Whannell, Corbett Tuck
  • Reparto: Christopher Abbott, Julia Garner, Matilda Firth
  • Duración: 103 min.
  • País: EE.UU.
  • Año: 2025