Una adaptación sin fuerza pero con mucho corazón
John Griffith Chaney, o más conocido por su seudónimo Jack London, legó un extenso catálogo diverso que lo han posicionado como uno de los autores clásicos de la literatura. Desde distopías hasta crónicas de viaje, la obra de London poseía un encanto único que la ha mantenido fresca gracias a su gran destreza narrativa, construcción sólida de personajes y puntos de vistas diferentes a los habituales. Y un ejemplo de esto es La llamada de la selva, su primer gran éxito.
Desde su publicación en 1903 y a raíz de la muerte de su autor, 13 años más tarde, La llamada de la selva ha tenido diversas adaptaciones que han tomado diferentes caminos: la de 1935, protagonizada por Clark Gable y Loretta Young, se centraba en la parte humana alejándose de la trama original; la realizada en 1972, protagonizada por Charlton Heston como John Thornton y Michèle Mercie, ilustraba mayormente en los efectos de la fiebre del oro; o la de 1997, hecha para la TV, con Rutger Hauer como principal y narrada por Richard Dreyfuss, que sería una de las adaptaciones más fieles de la novela.
Para 2020 y tras 11 años de su última relectura, llega a las salas de cine una nueva versión de la historia de Buck, que pese a contar con un buen elenco encabezado por el gran Harrison Ford, un director que cuenta con bastante oficio como Chris Sanders y la fotografía del consagrado Janusz Kaminski, no termina por encajar todos sus elementos que la dejan como una película entrañable pero con bastantes fallas.
John Thornton (Harrison Ford) es un lobo solitario que no quiere vivir cerca de nadie. Es la década de 1890 y las salvajes tierras de Canadá y Alaska viven la fiebre del oro. Allí, en el Yukón, Thornton conoce a Buck, un perro que ha pasado de tener una vida doméstica y placentera a ser secuestrado para convertirlo en un perro de trineo por los buscadores de oro, que no tendrán ninguna compasión con él. A pesar de haber recuperado sus instintos primitivos después de haber sufrido, este perro único y singular se convertirá en el compañero de viaje de Thornton. Juntos vivirán una aventura irrepetible en el último rincón de la tierra, más allá de los mapas, para así llegar a donde nadie antes había llegado.
La cuarta cinta de Chris Sanders, conocido por su extensa trayectoria tanto como guionista (Aladdin, El Rey León, Mulan o Fantasia 2000) como realizador (Lilo & Stitch, Cómo Entrenar A Tu Dragón y The Croods), posee mucho de su experiencia a la hora de contar historias que combinan el enfoque familiar con la aventura, sobre todo por una excelencia dirección que brilla sobre todo por la labor del galardonado fotógrafo Janusz Kaminski, consiguiendo que cada escena de acción esté bien llevada, dándole dinamismo y fluidez.
Sumado a lo anterior, la música de John Powell, quien compuso las partituras de, entre otras, Rio, Shrek o Happy Feet, fortalece los momentos tensos y emotivos de la cinta, logrando un efecto positivo en el espectador. A destacar las actuaciones de Harrison Ford, quién hace una buena interpretación del solitario pero benevolente John Thornton; así como de Omar Sy, que tiene lo hace bien como el repartidor de correo Perrault y que además hace que su dupla con Cara Gee sea agradable.
Si bien, los efectos visuales utilizados para destacar la lucha interna entre los instintos y civilidad de Buck son interesantes, lo cierto es que el CGI no funciona en la mayor parte del tiempo, donde vemos a todos los animales bastante computarizados, algo que le quita fuerza y realismo al resultado.
En el relato de London, se describen de manera brutal diferentes momentos de supervivencia que incluyen luchas sangrientas, maltrato animal y un racismo que retratan aquella época, elementos que en esta cinta son suavizados e incluso omitidos, provocando que mucha de la emoción, así como el efectivo mensaje pro ambientalista (que además estaba adelantado a su época) latente en la novela, sea algo superficial.
Así mismo, las participaciones de Karen Gillan, Colin Woodell pero sobre todo de Dan Stevens, resultan exageradas, restando la profundidad planteada en la obra original y entregando antagónicos como de caricatura.
Por último, hay que apuntar que hay un desequilibrio en cuanto al ritmo de la película, donde se tiene una primera mitad resulta dinámica, entretenida y que rescata bastante de la esencia de Jack London pero que decae en su segunda parte debido a su tono contemplativo, así como un tanto melodramático.
Conclusión
El llamado salvaje, pese a sus falencias técnicas y una falta de brutalidad en su relato, resulta ser una cinta amena, agradable, por momentos emotiva, la cual no sigue todos sus instintos pero si entrega mucho corazón.
Sobre el autor
Ficha Técnica
- Director: Chris Sanders
- Guion: Michael Green
- Elenco: Harrison Ford, Dan Stevens, Omar Sy, Karen Gillan y Cara Gee