El juego de la bruja

La resolución del 2020 llega con una cinta tan defectuosa como el año mismo

Para sorpresa de nadie, el 2020 (sin intenciones de serlo) fue una auténtica película de terror, horror y futuro distópico. Habían pasado muchos años desde que todos los países del mundo compartían el mismo sentimiento de miedo y angustia. El cine, por su parte, también ha hecho frente a una etapa poco decorosa y fructífera, en donde la costumbre de ir a un complejo compuesto por una gran pantalla y butacas fue reemplazado por la ya popular modalidad del streaming.

Bajo este contexto, lo que menos necesita la industria del entretenimiento en este país (y el resto del mundo) es cerrar uno de los peores años de la historia moderna con una cinta de horror, y aún así, todo lo anterior no es impedimento par que el próximo 31 de diciembre llegue a las salas de cine mexicanas la cinta El juego de la bruja, una coproducción entre Nueva Zelanda y Argentina.

El esquema general de la película trata sobre un grupo de personas reunidas para participar en un juego, el cual consiste en sentarse alrededor de un círculo compuesto por 100 velas, tomar una de ellas y relatar una historia de terror. Conforme la historia va progresando, eventos extraños comienzan a ocurrirle a los asistentes del juego. A pesar del sentimiento de angustia que cargan, no deben desistir de su colaboración en dicho juego, pues de lo contrario, distintos maleficios caerán sobre ellos.

Prácticamente ningún elemento funciona dentro de la película. La construcción narrativa antológica o episódica impide que conozcamos a fondo a los personajes que participan ya sea en el juego de las 100 velas o en las historias relatadas. Tampoco se brinda una explicación complaciente sobre cuáles son sus motivos para participar en dicho juego o siquiera cuál es el vínculo que los une. 

El tan citado juego funge como una manera de justificar la existencia de los relatos en la película, pero nunca responde las interrogantes del porqué existe dentro del canon. Las narraciones que componen la mayor parte de la película, por su parte, no dan miedo. La duración de cada una de ellas varía, pero en general ninguna destaca, ni en el terreno narrativo ni actoral.

Solamente hay una que se salva de quedar en el olvido, el único hablado en español, sobre una chica que despierta en un ataúd y el fundamento suspensivo de descubrir porqué está ahí la vuelve la única historia medianamente entretenida. En ocasiones recurre al jumpscare, pero cuando lo hace, se ejecuta de manera insatisfactoria. Si acaso hubiera que mencionar algo rescatable sobre El juego de la bruja, es que todos los efectos visuales son prácticos, lo cual se siente como un descanso de los ya tan reciclados efectos digitales.

Pero, ¿por qué no funciona? En primera instancia, y la más importante, El juego de la bruja es aburrida. Al final, la película deja una sensación insatisfactoria en el espectador y un desencanto que todo el tiempo está al borde de un abismo de hastío. Por si fuera poco, las actuaciones por parte de Magui Bravi, Luz Champané, Amaro Espinola, Clara Kivacic, Agustín Olcese, Amy Smart y James Wright son malas, penosas e impresentables. Cada reacción, cada grito, cada diálogo se siente forzado, tal vez sea debido a que la mayoría de los actores tiene como lengua nativa el español, en una película cuyo 90% de duración está hablada en inglés.

Trailer oficial de El juego de la Bruja / Dark Side Distribution

Conclusión

El peor crimen que se puede cometer en el cine es aburrir a la audiencia, tratándose del género de horror y/o terror, no se puede dar la libertad de ser soso, porque la condición de la temática es evocar sentimientos y emociones poderosas a través de sucesos sobrenaturales. El alcance de lo espectral y lo macabro en el Juego de la bruja no sólo es malo, es soporífero. El grado de fastidio es tan grande que dan ganas de dormir.

Normalmente 100 minutos suelen ser una duración aceptable para una película, incluso se podría considerar una prolongación corta para algunos largometrajes, pero en este caso terminan sobrando. Jamás se construye el estado psicológico de angustia, el misterio, la ominosidad. Ni siquiera la dirección colaborativa entre nueve personas (Victor Català, Brian Deane, Oliver Garland, Guillermo Lockart, Tony Morales, Nicolás Onetti, Nicholas Peterson, Daniel Rübesam y Christopher West) fue suficiente para concebir un universo pesadillesco exitosamente.

Sobre el autor

Ficha Técnica

  • Título original: The 100 Candles Games
  • Dirección: Nicolás Onetti, Guillermo Lockhart, Víctor Català
  • Guion: Guillermo Lockhart , Mauro Croche
  • Reparto: Clara Kovacic, Amy Smart, Magui Bravi, James Wright
  • País: Nueva Zelanda / Argentina
  • Duración: 100 min.
  • Año: 2020

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