Anna: El peligro tiene nombre

Mucha seriedad en la primera mitad, una comedia involuntaria en su acto final

El director francés, Luc Besson, más conocido por su trabajo en Leon, Lucy y El quinto elemento, nos ofrece este año un thriller sobre una asesina que trabaja para el gobierno, ella se meterá en muchos problemas con tal de conseguir su libertad.

La supermodelo rusa, Sasha Luss, es Anna. Una mujer que desde la adolescencia terminó trabajando para el gobierno, con la condición de que solo serían unos años y después le darían su libertad. Al no dársela, Anna se estará dispuesta a traicionar a todo sus amigos y jefes con tal de conseguirla, sin importar que eso sea ayudar al enemigo.

La película, con una duración que casi llega a las dos horas, tiene muchos time-travels para contarnos la historia de la asesina rusa, desde que fue «obligada» a trabajar para la KGB y después pasar al FBI. Besson también usa ese recurso para sorprender a la audiencia con unos cuantos plot-twist. El problema cae cuando el director francés exagera con este elemento sorpresa que para su tercer acto da más risas que sorpresas.

A pesar de eso, el final de la cinta podría llegar a ser algo predecible. Especialmente cuando el thriller de acción empieza a caer en el clásico trío amoroso. Anna: el peligro tiene nombre tiene mucho parecido a otras películas de Luc Besson, especialmente sus películas de acción protagonizadas por mujeres , Leon, Lucy, Nikita, lo cual hace que también la historia se te pueda llegar a hacer como algo que ya has visto, en repetidas ocasiones, por productos hechos por Besson.

Las secuencias de acción están grabadas de tal forma que le da esa sensación de «experta asesina» a la protagonista, si un hombre se acerca con la intención de hacerle algo, definitivamente Anna matará al sujeto.

Acompañado de un gran diseño de vestuario, que hace ver a Sasha Luss muy sexy cuando debe serlo, esto para atraer a sus nuevas «víctimas» y cumplir su misión, y una maquina de guerra –sin quitar lo sexy– cuando es su turno de matar.

Conclusión

Anna: El peligro tiene nombre es una historia que hemos vista en repetidas ocasiones, especialmente en trabajos de Luc Besson. Aún así, nos ofrece una película que cumple con entretener y darnos escenas de acción bien filmadas y coreografiadas. Probablemente su mayor error lo tiene el propio guion al querer darnos demasiados plot-twits que en vez de darnos el elemento «sorpresa», termine sacando unas risas involuntarias por la exageración del recurso, y hacer que el arco de la asesina bad-ass termine en un trío amoroso.

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