Cuando el azar construye y sana
La vida cotidiana del siglo XXI se ha vuelto un vórtice que no se detiene. Las relaciones muchas veces inician bien, de casualidad, pero su fin resulta en algo tan acelerado que las heridas no pueden sanar ni los cierres de etapa terminan de encajar. El resultado: desánimo, soledad e incluso, una depresión que no corresponde con la estabilidad en otros ámbitos.
Sin embargo, este ritmo que parece no tener pausa brinda múltiples oportunidades para que la coincidencia entregue nuevos comienzos o los motivos correctos que impulsen el cambio necesario, teniendo la solución en la propia rutina que solo requiere de estar en el lugar y momento adecuado.
Esto es lo que viven tanto Remy como Melánie, dos treintañeros que viven en el mismo barrio parisino y que buscan conectar con alguien a través de distintos caminos pero con el común denominador: ambos deciden hablar, escuchar, pero sobre todo, conocerse así mismos yendo, sin saberlo, hacía la misma dirección.
Amena, honesta y pausada, la cinta logra conectar con el espectador gracias a sus elementos que se perciben salidos de una anécdota contada por un joven de 30 años en la segunda década del 2000. Escenas que contienen la interacción por redes sociales, el tabú aún existente referente a la depresión, la necesidad casi palpable de estar con alguien sin dejar tiempo para sopesar lo vivido en relaciones pasadas y la infelicidad que muchas veces no se puede explicar sin referirse a capítulos dolorosos que necesitan del empuje para salir.
La autenticidad que dota de un aire especial a la película se debe en gran manera a las actuaciones convincentes de François Civil (Mon Inconnue) y Ana Girardot (Ce qui nous lie). La labor de ambos consigue generar esa interacción indirecta, tan cercana a un encuentro que parece lejano pero que está a unos pocos metros a la espera del momento correcto.
La fotografía y locaciones aprovechan de buena manera los entornos de la capital francesa, jugando con un paisaje cada vez más tecnológico para dar esa sensación surrealista de estar en un futuro lejano pero que ya está aquí. Importante destacar la gran labor de Elodie Tahtane para sacar el máximo provecho a la dualidad entre noche y día, cada una con tomas que permiten al espectador acercarse a las vidas de los personajes.
Hay que reconocer que la existencia de un recorrido irregular, un desequilibrio entre lo cómico y lo dramático ocasiona bajones que pueden desalentar por lapsos al público. Quizá el acercarse demasiado a la vida real, donde muchos momentos parecen no tener tanta importancia (misma que cobran hasta el final, cuáles piezas de dominó), es lo que hace que la impaciencia de esta época desanime antes del final.
Conclusión
Alguien, en algún lugar, resulta ser otra cinta con la que se sientan identificados de manera especial los jóvenes adultos de 2020, ya que a través de una historia sencilla (chica y chico están destinados a estar juntos) se ahonda en problemáticas que pueden encontrar un bálsamo audiovisual efectivo y funcional.
Sobre el autor
Ficha Técnica
- Título original: Deux moi
- Dirección: Cédric Klapisch
- Guión: Cédric Klapisch, Santiago Amigorena
- Reparto: François Civil, Ana Girardot, Camille Cottin
- Fotografía: Elodie Tahtane
- Duración: 110 min.
- País: Francia