Una película de Minecraft – Reseña

Un comercial en forma de película sobre Minecraft

Llegó a cines una adaptación más de un videojuego bastante popular. De la mano del director Jared Hess (Napoleón dinamita, 2004), llega su segunda colaboración con el comediante y músico Jack Black desde Nacho libre con Una película de Minecraft, que lamentablemente resulta ser una cinta que pinta para competir por lo peor de este año en un filme que tiene la capacidad de desaprovechar por completo el carisma y gracia de Black con una historia que nunca existe en un exasperante viaje de casi dos horas.

La trama se centra en Steve (Black), un chavo que desea ser minero a toda costa pero no puede serlo hasta que un día, deja su aburrida oficina godín para cumplir el sueño de minar. Ahí, encuentra un orbe mágico, un cubo de color azul que lo lleva al Overworld, universo donde uno puede crear lo que quiera con cubos. Pero la malvada bruja Malgosha busca acabar con ese mundo de imaginación y tomar el orbe, por lo que secuestra a Steve, quien le encarga a su lobo esconder el objeto en el mundo real. Y eso ocurre en diez minutos.

De ahí, pasamos con los humanos. Garret Garrison (Jason Momoa), un fracasado experto en videojuegos de los 80 está a punto de perderlo todo cuando se encuentra con el curioso e inventivo Henry (Sebastian Hansen), que llega a este lugar acompañado de su hermana Natalie (Emma Myers), quien ahora es su tutora debido a la muerte de sus padres. Con ayuda de Dawn (Danielle Brooks), tratará de cuidarlo y darle una buena vida. Sin nada que los una, los cuatro terminan por conveniencias del relato encontrando la magia del cubo y son enviados al Overworld donde tendrán que salvar el día.

Y eso es todo, la historia de Una película de Minecraft se explica en no menos de 30 minutos acompañada de chistes burdos, subtramas absurdas y de líneas tan malas como el que hace alusión al nombre del juego, Minecraft, o los momentos de los villanos y confrontaciones que, en lugar de tener gracia o emoción, terminan por ni siquiera ser un entretenimiento burdo, sino el colmo de un absurdo sin pies ni cabeza. Algo muy extraño para una película que, según sus realizadores, buscaba ser una oda a la creatividad de los jugadores apasionados del juego.

Tráiler oficial de Una película de Minecraft | Warner Bros. Pictures

La cinta está completamente enfocada a los niños, siendo más un comercial enorme del juego para seguir consumiendo que un relato con el mínimo sentido o congruencia. Habrá que decir que, al menos, el diseño visual de los mundos se salva, siendo bastante fiel a lo que se percibe en el videojuego, así como la bizarra química entre Black y Momoa, que parecen estar en otra película pero que consiguen los mejores chispazos de gracia, si es que se le puede decir así.

La música de Mark Mothersbaugh (Oso intoxicado) también funciona y es muy apegada a lo que se sabe del videojuego, pero termina por no destacar del todo en medio del caos que es el filme. El director Hess y el guion creado por Chris Bowman y Hubbel Palmer jamás desarrolla un arco llamativo, creando algo más con el poder de la pluma para poner momentos sacados de la manga y claro, sus obvios deux ex machina que nunca funcionan. La repetición constante de todo hace que esta película de Minecraft se torne aburrida, sin sentido y fría.

Hablemos de las actuaciones. Jack Black no ofrece más que lo habitual, de hecho esta cinta es su show por completo. No hay ningún desarrollo ni nada, sólo es él siendo él frente a la cámara. Ni qué decir de Momoa, que a pesar de que también intenta darle cierta cómica excentricidad a su papel, no deja de sentirse como la copia de otro personaje que tenía los mismos problemas que él en Pixeles: Eddie Plant (Peter Dinklage). Todo en él es igual salvo la estatura y los tatuajes, pero suele ser un personaje poco agradable que se la pasa haciendo idioteces. Tal vez el más decente de todos es el joven Henry, interpretado por Sebastian Hansen, y aún así no basta para comprar el mensaje de seguir tus sueños y ser capaz de crear lo que te propongas.

Es triste que ni Emma Myers ni Danielle Brooks o la misma Jennifer Coolidge tengan algo en lo que sostener sus respectivos personajes, siendo meramente un relleno que si se eliminara del relato, no pasaría absolutamente nada. La subtrama con Coolidge es patética que se siente como uno de esos chistes alargados sin gracia. Y ese es el resumen de toda la cinta, un despropósito que no tiene pies ni cabeza más que darle a los niños y a los fans el mayor easter egg de la vida.

Conclusión

Es triste, pues últimamente las adaptaciones de videojuegos en cine o televisión parecían ir mejorando. Véase Fallout en Prime Video o The Last of Us en MAX, una de las más esperadas este año, así como Super Mario Bros. La película, que optó por la animación para crear un relato que conquistó la taquilla con sus pros y contras. Sin embargo, Una película de Minecraft se acerca más a las infamias hechas en los 90 con Doble Dragón o incluso a la horrible y aburrida Assassin’s Creed, formando parte inmediata de esas producciones con ningún otro afán más que ser un comercial olvidable. 

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Sobre el autor

Ficha técnica

  • Título original: A Minecraft Movie
  • Dirección: Jared Hess
  • Guion: Chris Bowman, Hubbel Palmer, Neil Widener, Gavin James, Chris Galletta
  • Reparto: Jack Black, Jason Momoa, Sebastian Hansen
  • Duración: 101 min.
  • País: EE.UU.
  • Año: 2025