Un mundo extraño

Intentando regresar a la aventura clásica con envoltura moderno

Se sabe que Disney y sus películas de animación están en crisis tanto por temas de taquilla como por cuestiones creativas. Se pasaron de cintas que toda la familia podía ver, con personajes memorables así como de un gran mensaje a producciones que tienen como objetivo cumplir con las casillas de diversidad, con panfletos ideológicos que dan la sensación de sermonear a su audiencia o repetir fórmulas pero sin alma ni carisma.

Prueba de esto se puede hallar en el contraste de títulos de hace ya décadas (como la tres primeras películas de Toy Story, Intensamente, La Princesa y el Sapo, Valiente o Soul), con lo que se oferta desde hace pocos años (nombrando Raya, Lightyear, las dos secuelas de Cars, Luca, Turning Red o Encanto), ilustrando una crisis que se agrava con un pobre recibimiento en taquilla.

Para sorpresa de propios y extraños, como si de un rayo de esperanza se tratase, el estudio del ratón llega para cerrar el año con Un mundo extraño, una entrañable aventura familiar que, si bien no ofrece algo novedoso a la vez que se torna predecible, cumple con entretener, dejar un gran mensaje, entregar un excelente rubro visual y lo más destacado: conseguir, por fin, incluir un cúmulo de diversidad de manera orgánica.

Los Clades son una familia conocida en todo el mundo, todos ellos son unos exploradores de mundos célebres. Un día, todos juntos, llegan a un nuevo lugar nunca pisado por nadie. Allí tendrán que enfrentarse a numerosos peligros y descubrirán nuevas criaturas jamás documentadas. Sin embargo, la misión se pone en riesgo y amenaza fracasar debido a las abundantes peleas entre los componentes de la familia.

En su quinta incursión cómo director (la cuarta en solitario), tras cintas como Winnie the Pooh, Big Hero 6, Moana (en conjunto con Chris Williams) y la ya mencionada Raya, Don Hall aprovecha su experiencia en relatos de aventura con elementos tanto de fantasía como de ciencia ficción para construir una historia sencilla que apuesta más por lo visual, especialmente por la belleza del mundo que propone (con gran inspiración de la obra de Julio Verne, la cinta Avatar o del libro de Viaje alucinante de Isaac Asimov) y de sus criaturas, especialmente Splat, el nuevo amigo azul que acompaña a la tripulación.

Los giros de la trama son un tanto predecibles, reconociendo que existen conveniencias para posponer o acelerar dos descubrimientos que son llamativos, además de ser vehículos para que la trama avance y para que se solucionen obstáculos de manera tajante.

El mensaje de las expectativas de los padres a los hijos, el cuidado del planeta, así como de las decisiones sobre a lo que uno se dedica, están bien abordados, aprovechando esto para meter inclusión de una manera llamativamente más orgánica que en pasadas cintas. A este aspecto se le podría señalar de ser la base de una publicidad progresista que busca crear polémica, ya que venden la clara preferencia de Ethan cómo el elemento diferencial de la cinta, cuando esto solo es una pequeña parte que se toca en pláticas casuales, siendo la otra inclusión, la de personajes con alguna limitación corporal (cómo Legend, el perro de 3 patas de la familia de Searcher Clade), la que más acierto resulta en la elección de incorporarla.

Aunque en los escenarios, criaturas y vestuario de los personajes se presenta una alta calidad, se puede aquejar de un aparente reciclaje en el diseño de los personajes. Esto puede ser algo negativo, ya que pareciera que se tomaron plantillas de la cinta Encanto (Meridian se asemeja mucho a Dolores Madrigal) para ahorrarse tiempo y esfuerzo, algo que ya se había superado e incluso, destacaba en otras producciones del estudio.

La música es un tanto genérica, asemeja mucho a la banda sonora de Indiana Jones, siendo esto algo que se siente desaprovechado, ya que al ser un relato con ciencia ficción y con esa estética aventurera que remite a la saga del arqueólogo de Spielberg, pudieron entregar combinaciones de géneros o nuevas piezas que solían ser un sello indiscutible de Walt Disney Animation.

En cuanto a la labor de doblaje, los personajes están hechos a la medida de su respectivo actor de doblaje. Jake Gyllenhaal como Searcher, Jaboukie Young-White como Ethan y Dennis Quaid como Jaeger Clade, realizan un trabajo adecuado, poniendo las emociones necesarias para que funcionen sus voces.

Por último, si bien la cinta se hizo pensando en un público infantil, hay una sensación de potencial desaprovechado que con un mayor trabajo de guión pudo hacer de esta propuesta algo icónico. Valiente o La princesa y el sapo, por ejemplo, le dan su propio toque a historias que ya se habían contado pero que tienen la suficiente profundidad para tocar genialmente los puntos de sus mensajes y mundos. Aquí, al ni siquiera existir algún tipo de villano o riesgo real, sinónimo de una aventura que entretiene pero que no exige, le quita brillo a la experiencia.

Conclusión

Un mundo extraño es una cinta que, comparada con las últimas propuestas de Disney, es mucho más efectiva, con un mejor mensaje e incluso visualmente más impresionante, pero que se queda un poco corta del mundo que propone. Aún así, es una opción ideal para toda la familia y sin duda, un pequeño rayo de esperanza para que el público pueda ver más historias de aventura que de un panfleto políticamente correcto o en onda.

Sobre el autor