Ratched

¿La redención de una villana o la destrucción de un legado?

“Eres un ángel, Mildred Ratched”, dice Huck Finnigan, “Gracias, nadie me había dicho eso antes”, le responde Mildred halagada. Esa breve conversación nos resume la tesis que el guión de Evan Romansky intenta contar en Ratched: todo victimario tuvo antes que ser víctima de la impiedad humana.

La primera vez que Mildred Ratched se dio a conocer ante el mundo, fue en la novela One Flew Over the Cuckoo’s Nest, escrita por el difunto Ken Kesey (1935-2001). Ahí, nos presentan la historia de Randle McMurphy, un hombre acusado de agresión y estupro que finge estar mentalmente desequilibrado para salvarse de su condena. En consecuencia, es enviado al hospital psiquiátrico estatal de Salem, institución liderada por la enfermera Ratched, persona a la que McMurphy no tardará en darle un retrato tiránico, siendo ella la mayor responsable de que exista el orden dentro de la sociedad conformada por el personal médico y los pacientes.

Trece años más tarde, en 1975, One Flew Over the Cuckoo’s Nest tuvo su salto a la gran pantalla, donde el personaje de la supuestamente infame enfermera se vio retratado en la piel de la actriz Louise Fletcher, actuación que por cierto, le consiguió el Óscar a Mejor Actriz. El personaje es recordado por poseer una personalidad pasivo-agresiva y un singular peinado que emula a unos cuernos. Con el paso del tiempo, Mildred Ratched se ha convertido en un símbolo del despotismo institucional corrupto dentro de la cultura cinematográfica.

Es en esta parte donde interviene la serie Ratched, pues el mayor reto al que se enfrenta esta nueva producción de Netflix es el vindicar a un personaje que ha pasado a la historia como una de las más grandes villanas de la cultura pop.

Ryan Murphy recurre una vez más a su actriz fetiche, Sarah Paulson, cuyo talento histriónico ha sido expuesto a lo largo de ocho temporadas en American Horror Story y The People v. O.J. Simpson. Ahora le ha llegado el turno a la actriz ganadora del premio Emmy, ponerse el uniforme de enfermera para hacernos entender su fría manera de actuar, y si la idiosincrasia del espectador se lo permite, también sentir empatía por ella.

Deconstruyendo los precedentes y perversidad de Mildred Ratched

Mildred Ratched nació y creció durante la Gran Depresión, período histórico que la situó en una condición de orfandad, misma que la expuso a maltrato físico, psicológico, inestabilidad e incluso pedofilia. Más tarde, su carrera como enfermera despega durante la Segunda Guerra Mundial, lapso de tiempo en el que fue testigo de la incalculable falta de misericordia a la que el humano es capaz de llegar.

Vemos cómo posteriormente en su vida adulta, Mildred muestra una disposición displacentera al explorar su propia sexualidad, umbral que nace como resultado de sus experiencias traumáticas de la infancia. Conforme vamos conociendola más a fondo, vemos que el afán por reprimir su líbido juega un papel significativo en su vida, y además, lo complementa con un deseo casi neurótico por el orden, pero no cualquier orden, sino su propia representación del orden.

Resulta lógico diagnosticar el origen de esta manía si tomamos en cuenta que Mildred tuvo una infancia conformada por el caos, lo cual deriva que en su vida adulta, su mayor miedo sea la confusión, el desorden y la desorganización. Esto es lo que la hace una villa tan particular, pues la Mildred Ratched de Louise Fletcher no mata a nadie, ni usa la brutalidad física, sólo hace su trabajo, y su trabajo es impedir que los pacientes del Hospital Estatal de Salem se salgan de los márgenes de la disciplina, aún si eso implica usar métodos represivos.

En palabras de Sarah Paulson, quien también funge como productora ejecutiva, la interpretación de Louise Fletcher es el de una enfermera “víctima de la infraestructura patriarcal, no supo cómo conectar su corazón con sus palabras, pero intentó darle a sus pacientes el mejor cuidado dentro de sus alcances y su contexto particular”. El contexto al que Paulson hace alusión, es que Ratched ejercía su labor en un entorno conformado por hombres, que en su mayoría, ni siquiera estaban cuerdos. Si algo le incomoda a un hombre que fue criado en un estado hetero patriarcal, es que una mujer le diga qué hacer, aún si está sólo lo hace dentro de los márgenes de su deber.

La Mildred Ratched de Sarah Paulson tiene una identidad y personalidad independiente a la de Louise Fletcher, mientras la enfermera de la película busca imponerse como una autoridad dentro del orden, la enfermera de la serie está dispuesta a mancharse las manos de sangre e incitar en cierta medida el caos con tal de que los demás respeten su jurisdicción. Conforme van progresando los episodios, la actitud de Ratched va volviéndose ambigua, pasando de tener tintes de villana con momentos ocasionales de humanidad al de una anti heroína atormentada en búsqueda de paz. También vemos el primer acercamiento de Mildred a la lobotomía, proceso quirúrgico al que recurre en One Flew Over the Cuckoo’s Nest para librarse de una vez por todas del que es su mayor rival, Randle McMurphy.

Lo que funciona y lo que no

“Ojalá hubiera conocido a Mildred Ratched antes de que la vida la endureciera. Antes de que la convencieran  de que sólo sobrevivirá si construye un muro a su alrededor y no dejar entrar a nadie. Jamás.” Estas palabras expresan el tropiezo más grande de la serie. Nos venden a Ratched como una precuela que explora las raíces maquiavélicas de su protagonista, y en parte sí lo hace, pero, en el punto de arranque de la historia, que toma lugar en el año de 1947, nos presentan a una Mildred con un carácter mezquino ya estampado en su persona. Ratched, en su mayoría, sólo le da continuidad al sórdido carácter ya establecido en Mildred desde el principio.

A lo largo de ocho capítulos de duración de esta primera temporada, nos sueltan breves escenas rememorativas de las vivencias de Mildred como enfermera para el ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, una época de su vida que fue de suma importancia para influenciar su visión del mundo, pero se le da un tratamiento tan insustancial, que no se termina de comprender el impacto de esta época en particular en su vida.

Por otra parte, Ratched está saturada de personajes antagónicos, lo cual deja a la propia Mildred en una posición incierta cuando se trata de identificar a un villano. Esto también ocasiona que ocho capítulos sean insuficientes para hilar armoniosamente todas las líneas narrativas, por lo cual llega un punto donde los malos súbitamente se vuelven buenos, sintiéndose como un racimo de historias desesperadas por concluir.

En el sexto episodio, Got No Strings, es cuando nos dan la mayor cantidad de antecedentes sobre quién era Mildred antes de dedicarse a la enfermería, y lo hacen con un procedimiento tan refinado que casi pueden conseguir que el espectador saque una lágrima o dos.

La calidad artística en cuestiones de producción es impecable, por un lado están los vestuarios diseñados por Lou Eyrich y Rebecca Guzzi, que confieren a Sarah Paulson con un uniforme de enfermera cuyo color se asemeja al Azul Tiffany, que si bien dista mucho de parecerse a la Mildred Ratched de hace 45 años, le dan al personaje una apariencia fina, tajante, frívola y ciertamente muy limpia.

También vemos a Mildred usar trajes tipo sastre en tonos amarillos, rojos y verdes, que dejan ver un lado de glamour y sofisticación en el que jamás se hubiera podido imaginar a la enfermera, y lo más sorprendente, transmiten alegría y vivacidad. Consciente de esto, Paulson equilibra el contraste estrambótico de sus ropajes con una voz áspera y labios rojos para no perder la esencia distintiva de Ratched. 

Eyrich y Guzzi diseñaron los vestidos de tal forma que estos comuniquen una táctica subliminal de manipulación para que Mildred se acerque más a sus metas personales.

El diseño de producción corrió a cargo de Judy Becker, quien ya ha colaborado en producciones anteriores de Ryan Murphy como Feud: Bette and Joan y Pose. El psiquiátrico estatal de Salem, donde ocurren los hechos de One Flew Over the Cuckoo’s Nest, es un lugar frío, desolado y deprimente, pero, el Hospital Estatal de Lucia, en donde transcurren los eventos de Ratched, es todo lo contrario. Es un lugar cálido y glamoroso, donde las texturas de terciopelo y los tapices abrasadores toman protagonismo. Es como si el Hotel Cortez de American Horror Story: Hotel y el el Hotel Overlook de The Shinning se hubieran juntado y hubieran tenido un bebé.

“Debe lucir como si quisieras vivir ahí. Esconde todos los horrores que ahí ocurren, porque no posee el aspecto espeluznante que se espera. Es un contraste aún mejor para los eventos que se desarrollan ahí dentro” expresa Becker.

Trailer de Ratched / Netflix Latinoamérica

Conclusión

A pesar de que Ratched va encontrándose con obstáculos narrativos en el transcurso de esta primera temporada, tiene un valor muy rescatable, y es darle un sentido más humano a la personificación radical de la autoridad femenina en la novela de Ken Kesey. Mildred Ratched se ha vuelto trascendente porque personifica todo lo que la masculinidad hetero patriarcal aborrece: una mujer en una posición de mandato e influencia. One Flew Over the Cuckoo’s Nest puede mostrar una misoginia reaccionaria ante una enfermera que no se presta como trofeo sexual. Ratched muestra que detrás de los rasgos autoritarios y malvados de Mildred, hay una persona emocional que busca endurecer sus sentimientos para sanar sus huellas traumáticas e independizarse de su pasado.

Sobre el autor

Ficha Tecnica

  • Creadores: Ryan Murphy y Evan Romansky
  • Elenco: Sarah Paulson, Finn Wittrock y Cynthia Nixon 

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