No hay lugar como el hogar
Las casas o mansiones son lugares predilectos para los relatos de terror y suspenso. Desde la literatura donde autores como Henry James y su Otra Vuelta de Tuerca hasta Shirley Jackson con su Maldición de Hill House detallaban entre sus líneas los misterios que un hogar común y corriente podría tener, ya fuera por fantasmas del pasado o por alguna otra cuestión psicológica.
Era de esperarse que estas influencias e ideas pasaran al mundo del cine con películas donde estos lugares servían como un gran escenario para sustos inesperados gracias a su buena ambientación como La Maldición (The Haunting, Wise, 1963) hasta dramatizaciones terroríficas basadas en casos reales como El Conjuro (The Conjuring, Wan, 2013). Incluso, algunos hogares resultaban ser la cuna de la locura de sus protagonistas, haciendo que se cuestionasen la línea entre lo paranormal y la locura como en Los Inocentes (The Innocents, Clayton, 1961).
Por ello no es sorprendente que la ópera prima del productor convertido en director, Travis Stevens, recurra a este recurso en donde una pequeña mansión resulta el detonante de un descenso a la locura por parte de su protagonista, Don Koch (Phil Brooks aka el ex-luchador C.M. Punk), que poco a poco se dará cuenta que su idea de comenzar una nueva vida al lado de su esposa embarazada, Liz (Trieste Kelly Dunn) no será tan sencilla como esperaba.
La Maldición en el Tercer Piso recurre a los arquetipos de la casa embrujada dándole un giro gore y perverso donde pareciera que el lugar que debiera ser de paz, calma y un nuevo inicio se convierte en una especie de purgatorio maldito para quien lo habita donde las tentaciones y los malos hábitos tocarán a la puerta para hacerte caer en esa oleada de maldad de un lugar que se alimenta de ello.
La ambientación funciona bastante bien para lo que plantea la cinta, convirtiendo a la casa en un personaje más que además da la sensación de tener su propia vida, una que va trastocando las intenciones de Don en la figura de una chica misteriosa de nombre Sarah (Sarah Brooks) que está ligada a este lugar para poner en tela de juicio su nuevo inicio, como una especie de diabólica tentación.
Algo que ayuda a que este ambiente en la casa se sienta bastante extraño, entre lo oscuro, lo vivo y lo perverso, es la buena musicalización que rodea las paredes vivientes de la casa, misma que le da un aire de identidad extraña a las cosas que pasan y a la locación misma, complementándose con algunos valores de producción como la fotografía que mantiene al espectador con la duda de que es lo que está pasando en el infame lugar donde Koch reside.
Como dato curioso, la casa donde fue grabada la cinta en Frankfort, Illinois, tiene una fama de ser un lugar embrujado lleno de fantasmas del pasado que añade aún más a la experiencia que el espectador puede ver en pantalla, dándole una naturalidad más allá de la fotografía efectiva aunque a veces muy oscura o del diseño arquitectónico de la casa y sus extraños recovecos que le dan unos aires de extrañeza diferentes al cliché de estos relatos.
Y es que el guión de Stevens, que tiene ya experiencia en el género con cintas como Starry Eyes (Kolsch & Widmyer, 2014) o We Are Still Here (Geoghegan, 2015) en el rol de productor, se ve bastante influenciado no solamente por el lugar sino el folclor, las historias y cosas extrañas que rodean a esta misteriosa casa para crearle una identidad propia en un relato original, haciendo que la típica casa de los sustos dé unos giros extraños pero atrayentes para el fan del terror.
Otra gran sorpresa es el rol de Phil “C.M. Punk” Brooks cómo protagonista, que lleva la carga dramática del relato durante gran parte del filme y demuestra que tiene cierta vena para la actuación más allá de a veces caer en lo exagerado. Sin embargo, para esta pequeña cinta de género encaja bien, haciendo participe a la audiencia de su descenso al terror hasta ese final revelador.
Conclusión
La ópera prima de Stevens resulta ser un experimento en el género con una historia sólida que te mantiene cuestionando qué es lo que pasa en el lugar y te sumerge en la espiral de locura que va detonado, probando así que aquel dicho de no hay lugar como el hogar puede convertirse en un verdadero infierno para aquellos que cruzan los fantasmas de su pasado con los espectros de una casa que vive, respira y devora tus peores miedos.
Sobre el autor
Ficha Técnica
- Título original: Girl on the Third Floor
- Director: Travis Stevens
- Guion: Travis Stevens
- Elenco: Phil Brooks, Trieste Kelly Dunn, Sarah Brooks
- Fotografía: Scott Thiele
- Duración: 92 min.
- País: Estados Unidos