Jojo Rabbit

Una sátira que juega con fuego sin quemarse

«En la mesa no se habla de política, ni de religión, ni de fútbol» resulta ser un dicho que ha reflejado fielmente lo que la corrección política ha decretado casi como una ley marcial que impera sobre todo en la industria del entretenimiento (a fin de evitar una censura, boicot, interrupción de una larga o corta carrera, fracaso en taquilla, entre muchas otras). Y el tema del nazismo es uno de los más peligrosos.

Desde su aparición en el ojo mundial, Adolf Hitler y su ideología han sido utilizados en diversos tonos: con la comedia del “gran mimo” Charles Chaplin (El Gran Dictador), biopics impresionantes (La caída, Hitler: Últimos diez días), la distopía (Los niños del Brasil), la ucronía (El hombre en el castillo, Bastardos sin gloria) o burla total (South Park, Danger 5, Ha vuelto o Iron Sky).

Para unirse a esta lista, llega Jojo Rabbit, que bajo la dirección del talentoso y divertido director-guionista-actor-productor neozelandés Taika Waititi, el encanto musical del gran Michael Giacchino así como de una comedia amena pero negra, toma su lugar como una visión más colorida sin desligarse de la sátira más ingeniosa y filosa.

Jojo “Rabbit” Betzler es un solitario muchacho alemán, que ve cómo su mundo da la vuelta cuando descubre que su madre soltera, Rosie, está escondiendo a Elsa, una joven judía en su ático. Ayudado solo por su amigo imaginario, Adolf Hitler, Jojo debe enfrentarse a su ciego nacionalismo.

Taika Waititi demuestra su calidad como máximo responsable al armar una cinta que además de bien dirigida, tiene un guion equilibrado entre comedia negra, drama, inocencia así como una efectiva crítica hacia la guerra, son puntos bien acompañados por una excelente fotografía, agradable paleta de colores y un diseño de producción con una clara inspiración al estilo de Wes Anderson.

Basada en la novela“Caging Skies” de Christine Leunens, Waititi traslada de buena manera el material original, imprimiendo su estilo alocado de comedia que pese a ser bastante irreverente, logra sopesar gracias a que se hace a través de los ojos de un niño que va evolucionando con el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Pese a que el tono principal es humorístico, la cinta sabe como meter drama, ejemplificando que pese a que la vida pueda parecer feliz, cálida y amable, los golpes llegan dolorosa e inesperadamente.

«Las actuaciones de todo el elenco son de buena manufactura»

Hay que reconocer que los vestuarios, escenarios y utilería logran trasladar a la Alemania Nazi de 1945. Así mismo, el uso de versiones en alemán de canciones de The Beatles, David Bowie o Ramones se insertan inmejorablemente en el mensaje que se quiere dar: en una secuencia inicial, al compás de “I Want You Hold Your Hand” y una edición de archivos reales, se hace una alusión muy efectiva del impacto de Hitler en los fanáticos nazis, como si del cuarteto de Liverpool se tratara; ni hablar de “Heroes” de Bowie, donde “bailamos por que somos libres”, representación del mensaje de la cinta.

Las actuaciones de todo el elenco son de buena manufactura: Roman Griffin Davis está encantador como el pequeño Jojo; Waititi hace una versión más que funcional de Hitler; Scarlett Johansson regala calidez y amor maternal en su papel de Rosie Betzler (madre de Jojo); Thomasin McKenzie encarna a Elsa Korr, la chica judía que sirve como contraparte del personaje de Taika; y Rebel Wilson demuestra que puede desligarse del humor de “gordos” (donde hace uso de esta característica para hacer chistes).

Pese a lo anterior, el ritmo decae en algunos tramos (sobre todo de la segunda mitad) que sumado a un sencillo mensaje que no profundiza del todo en cada tema propuesto puede resultar demasiado “superficial” para algunas personas.

Conclusión

Jojo Rabbit es una comedia funcional que combina bien el humor con el drama. Con un apartado técnico excelente, momentos emotivos, situaciones que divierten, personajes sencillos pero encantadores, música agradable y un ritmo fluido, se convierte en una opción imperdible si lo que se busca es pasarla muy bien.

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