A veces, el amor llega de forma arrasadora a cambiar la vida de las personas
A veces, el amor llega de forma arrasadora a cambiar la vida de las personas. La aventura que implica enamorarse podría ser similar a la de un viajero, alguien que de repente deja su espíritu libre a un lado para emprender el camino más intenso, dramático o fuerte de su existencia. Pero ¿qué tanto estamos dispuestos a dejar de lado de nosotros con tal de seguir ese camino?
En El Territorio del Amor, el realizador Romain Cogitore nos presenta a Maria (Deborah Francois), una joven con un desapego, libre, viajera, que se dispone a escribir o intentar de terminar un libro. Su espíritu viajero la lleva a China, lugar en el que se encontrará con Olivier (Paul Hamy), un tipo apuesto que representa, de alguna forma, todo lo contrario a Maria en su manera de pensar y actuar, algo que atrae a la protagonista.
Es así que en este drama romántico, seguimos el paso de estos enamorados que, ante toda la alegría que les supone el estar juntos, se encontrarán con un par de dilemas que los harán cambiar su forma de amar, cuestionando sus vínculos y demostrando que, a veces, las almas viajeras son mas difíciles de quedar en un solo lugar.
La gran virtud del relato de Cogitore es el énfasis que hace en sus personajes, sobre todo en el buen papel que desarrolla Deborah Francois con su Maria, un personaje que se transforma con el paso del tiempo, que va de ser un alma libre, alegre y desapegada en el concepto del amor a ser esta abnegada mujer que hace todo lo que puede por su amado Olivier hasta que llega a su límite en el que tendrá que tomar una decisión importante.
La película forma parte de la muestra de Talento Emergente de la Cineteca Nacional.
La primera parte de la cinta aprovecha los recursos y la química que se va desarrollando entre los protagonistas, acompañado de escenas y tomas donde la fotografía de Thomas Ozoux resalta la belleza de las ciudades y los mundos en que viven. Sin embargo, es el giro dramático el que cae un poco en un melodrama habitual en donde el otro continente al que hace alusión su título original parece ser el de la mente de Olivier y las diferencias que se van generando entre los enamorados.
Quizá su mayor fortaleza también sea un arma de dos filos, ya que las justificaciones para los actos de Maria en los últimos actos pueden ser interpretadas con diferentes causas: ¿es acaso un castigo del destino lo que vive o es la idea del sacrificio por amor y la pérdida de la identidad propia la que la motiva? Esa cuestión tampoco queda muy clara en sus actitudes más allá de la excelente labor de Francois.
La edición también es un factor interesante que, a partir del primer giro, comienza a mostrarnos un tiempo si bien lineal no del todo en orden, creando de alguna forma esa sensación de destanteo o vacío que no solo ocurre en la mente desgastada de Olivier, sino de alguna forma mucho más metafórica esos huecos que se van creando a partir de la incomunicación y la memoria ausente de una pareja que va quedando en el olvido.
Conclusión
El filme escrito y dirigido por Cogiter resulta ser un drama romántico que a veces cae en los tropos del género pero que destaca por ese lado humano que su protagonista, Maria, tiene. Es esa chispa y su duro proceso el que mantiene viva no solo la cinta, sino la esperanza de que el amor puede atravesar las barreras de los continentes y el idioma pero también puede convertirse en un proceso doloroso en el que uno puede perderse.
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Sobre el autor
Ficha Técnica
- Título original: L’autre continent
- Dirección: Romain Cogitore
- Guion: Romain Cogitore
- Elenco: Déborah François, Paul Hamy, Daniel Martin
- Duración: 97 min
- País: Francia-Taiwán
- Año: 2018