El demonio se vuelve un relato olvidable e incongruente
Hace cincuenta años, El exorcista de William Friedkin, basada en la novela homónima de William Peter Blatty, horrorizaría al público y crítica por igual ante un relato que enfrentaba al bien contra el mal a través de una niña llamada Regan. En medio de esa batalla, se erigían dos protagonistas, el Padre Damian Karras, atravesando una severa crisis de fe, y Chris MacNeil, una actriz agnóstica que no encuentra en la ciencia solución a lo que su hija padecía. A través de un desarrollo interesante, la cuestión de esta cinta de terror icónica marcaba duras reflexiones acerca de la existencia de las fuerzas desconocidas que nos rodean.
Ahora, el productor Jason Blum nuevamente le tiene fe al cineasta David Gordon Green para crear una ‘recuela’ tratando de emular el éxito que la productora Blumhouse tuvo con Halloween (2018) tomando como punto de partida el exorcismo de 1973 para borrar toda secuela e intentar hacer una continuación directa que sea igual de atractiva con El exorcista: Creyentes, trayendo al siglo XXI las cuestiones de la fe y la religión que sonaban en el filme de Friedkin de manera sutil en un bien trabajado terror. Lamentablemente para la franquicia, este nuevo intento no puede sacarse el demonio de ser un relato olvidable e incongruente.
La premisa nos presenta a un padre de familia, Tanner (Leslie Odom Jr.) que, después de la desaparición por tres días de su hija Angela (Lidya Jewett) con su amiga Katherine (Olivia O’Neill) en el bosque, comienza a notar un comportamiento muy extraño en ella. Pero cuando la presencia maligna de un ente pone en jaque las creencias o falta de ellas de los padres de estas niñas, Tanner tendrá que acudir a medidas extremas, buscando el consejo de Chris MacNeil (Ellen Burstyn), la única que sabe lo que es una posesión demoníaca y sus consecuencias.
Si algo distinguía a la obra de Blatty y la adaptación de Friedkin era que el sufrimiento y la agonía vividas por los protagonistas se transmitía palpablemente al espectador, no encontrando soluciones a sus culpas, sus problemas e incluso a aquello en lo que creían o en lo que dudaban. Ni qué decir del dolor padecido por Regan, que poco a poco se va descomponiendo mientras la tremenda posesión del demonio Pazuzu surtía efectos. Lamentablemente, esa construcción elaborada de los personajes desaparece por completo en este intento de revivir una franquicia ya bastante golpeada anteriormente.
Aquí, la historia intenta subvertir algunos de los ángulos más fuertes del Exorcista original, donde la relación entre madre e hija era el caldillo del sufrimiento para varios. Ahora, la ausencia de esa figura así como las culpas secretas del padre son algunas de las ideas que destaca al comienzo de esta entrega. Sin embargo, todo eso se va diluyendo ante una subtrama que jamás es abordada del todo que involucra a otra familia, otro personaje y otras creencias pero jamás ahonda lo suficiente en ellas para poder entender lo dramático de la posesión de las jóvenes desde ambas perspectivas.
Asimismo, Creyentes falla en la creación de las atmósferas, abogando casi siempre por el jump scare barato que puede funcionar en un par de momentos entre los más incautos pero no ofrece una sola secuencia que sea digna de lo creado por Friedkin hace cincuenta años con menos presupuesto y recursos. El exceso del sonido alto para querer provocar un susto arrebata la sutileza de la creación de un suspenso digno que debería alimentar el drama y sufrimiento de los protagonistas. En lugar de ello, opta por la fácil y fracasa en poder hacer sentir esa tensión.
Las actuaciones también dejan mucho que desear. Odom Jr. se siente completamente falso en su papel, jamás crees o empatizas con su causa, reflejando cierto desinterés que busca ser justificado por su agnosticismo pero que jamás encaja. Las niñas también hacen un esfuerzo por volver todo creíble pero les falta ese elemento tétrico que Linda Blair si logró contagiar. Eso sí, el maquillaje en ellas funciona bastante bien, siendo una de las partes más destacadas del filme y que, por momentos, recuerda justamente a la cinta de 1973.
Pero es ahí donde también recae el mayor demonio de El exorcista: Creyentes, llevando en el título su propia penitencia. Desde el cuadro inicial hasta la forma en que intenta desarrollarse el relato, incluso la forma en que van sucediendo las cosas, se siente la huella del proyecto de Friedkin y Blatty, sintiéndose como una revisión desangelada y gris de aquello que causaba ese miedo originalmente. El relato peca de un nulo desarrollo en sus protagonistas, haciendo que todo suceda de manera casi inmediata y sin dar una sola explicación al infierno real que los protagonistas viven, haciendo que todo se sienta vacío.
También comete un terrible error con el regreso de Ellen Burstyn, trayéndola de vuelta como el único lazo existente realmente entre la primera cinta y ésta, pero dándole un tratamiento de pena ajena que remite a lo sucedido con otra ‘recuela’ olvidable, La masacre de Texas (David Blue Garcia, 2022). Ni que decir de ciertas secuencias donde el uso de los efectos especiales palidece ante lo logrado hace cincuenta años con efectos prácticos en secuencias del exorcismo, ritual que aquí parece ser el punto que Gordon Green busca explotar descaradamente.
Conclusión
Por ello, el diablo triunfa sobre la película, pues ante la nula explicación de la posesión, el desconocimiento del nombre del demonio, así como una serie de situaciones casi chuscas que harían que el Padre Merrin se retorciera en su tumba, la cinta se pierde por completo en un tercer acto que aboga por el espectáculo sobre el drama, dejando una sensación de indiferencia. Es así que el legado del Exorcista termina por pesar de más a esta historia, sintiéndose como una cinta de exorcismos más del montón que pasa sin pena ni gloria, perdiendo la batalla entre el bien y el mal en un filme que nos recuerda que hay títulos que, simplemente, no deben ser tocados.
Sobre el autor
Ficha técnica
- Título original: The Exorcist: Believer
- Dirección: David Gordon Green
- Guion: Peter Sattler, David Gordon Green
- Reparto: Leslie Odom Jr., Ellen Burstyn, Lydia Jewett
- Duración: 111 min.
- País: EE.UU.
- Año: 2023