El escándalo

Un reclamo necesario

La basura social y moral siempre ha sido un tema que tanto a espectadores como directores gusta e interesa. Prueba de ello han sido las múltiples cintas que exponen (de mejor o peor manera) esta decadencia que sin duda se hace cada día más visible. Películas como Todos Los Hombres del Presidente (1976), Buenos Días, Buenas Noches (2005), Spotlight (2015) o The Post (2017), no solo comparten elencos corales atractivos así como directores importantes, sino que consiguen el objetivo de poner en el ojo público y en la discusión temas que parecen que desaparecen en la cotidianidad. 

En el marco de pleno apogeo del movimiento #MeToo y siguiendo la línea antes expuesta, llega Bombshell, cinta que además de tener un elenco talentoso y llamativo, trae de nuevo a la palestra el tema de abuso de poder y acoso sexual de manera inteligente, aunque sin la fuerza suficiente para una película que busca ser un llamado de atención.

Cuando Gretchen Carlson (Nicole Kidman) golpea al fundador de Fox News, Roger Ailes (John Lithgow), con una demanda alegando acoso sexual, nadie podía predecir lo que sucedería después. Su decisión lleva a la corresponsal de Fox News, Megyn Kelly (Charlize Theron), a presentar su propia historia, así como a muchas otras mujeres, incitando a un movimiento que reverbera en todo el mundo.

El director, Jay Roach, quien comenzó haciendo películas cómicas como la trilogía de Austin Powers o la de Meet The Parents y su secuela Meet The Fockers, ha ido evolucionando a temas más serios como Game Change y Trumbo, algo que demuestra de nueva cuenta con su onceava cinta. La historia se construye a través de tres historias que conforme avanza la trama se van conectando de manera interesante. Esto se debe a la labor de Charles Randolph, quién ganará el Oscar a Mejor Guion Adaptado por The Big Short, quien trata de replicar el formato y estilo de dicha cinta, pero sin aprovechar los recursos de los que hacía uso en aquella cinta, sobre todo con el rompimiento de la cuarta pared en escenas memorables. Hay algunas secuencias así en El escándalo, pero se termina apostando más por el melodrama que sin duda, hace que varias situaciones se sientan forzadas o sobre actuadas.

A destacar son las actuaciones de todo el cast, sobre todo del trío protagónico: Charlize Theron vuelve a sufrir una transformación impresionante gracias a una labor de maquillaje de alto nivel, que sumado a su reconocido compromiso que demuestra a travé de la voz, manera de caminar y de gesticular, que logra encarnar a Megyn Kelly. Nicole Kidman nuevamente esta sólida, llevando varias de las situaciones más dramáticas y dándoles fuerza, algo que ayuda bastante al ritmo de la cinta. Margot Robbie, quién interpreta a Kayla Pospisil, una joven e ingenua aspirante a presentadora en Fox News, demuestra su versatilidad y calidad pese a que su papel termina siendo en ocasiones el más exagerado de las tres. Sin embargo, se logran escenas muy inteligentes y con impacto, sobre todo una donde las tres se encuentran por diferentes motivos en el elevador, representando cada una realidades diferentes pero compartidas por un mismo problema.

En contraparte, John Lithgow consigue dar una actuación sobresaliente que se complementa con un maquillaje soberbio, haciendo que se convierta fielmente en Roger Allies y que dota de mayor impacto a varias escenas donde el acoso es surreal.

Hay que reconocer que ciertos recursos que rompen la ficción implementando material real, así como algunos momentos donde se rompe la cuarta pared, están bien ejecutados y le dan mayor impacto al mensaje que se quiere dar. Sin embargo, esto se pierde un poco debido a que todo se toca un poco por encima, no por el hecho de que le hagan falta escenas “más fuertes” o “explicitas” sino que su esencia muy a película de TV le quita fuerza.

Algo que le quita brilla es el hecho de alternar tomas tradicionales con zooms a la reality show, rompiendo la narrativa por varios momentos, ya que en un principio se tiene al personaje de Theron hablando a la cámara muy a la Lobo de Wall Street, para después no volverlo a hacer. La fotografía no destaca pero funciona por varios momentos, caso contrario a la música y vestuarios, siendo elementos que son de alto impacto, sobre todo la ropa usada, donde conforme pasa el tiempo, este va cobrando un mayor significado. Esto se ejemplifica con las faldas cortas en las oficinas de Fox, que fungen como símbolo de acoso a un grado vomitivo.

Conclusión

El escándalo se muestra como una cinta que hace un reclamo necesario de una manera interesante y fluida, con actuaciones que son imperdibles no solo por las nominaciones al Oscar para Theron y Robbie. Sin embargo, su melodrama le impide dar con fuerza su mensaje y se siente un poco fuera de tiempo. Lo cierto es que, aunque pase el tiempo y la basura se acumule, el cine está ahí para recordar que es posible sanear el ambiente.

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