Una tristeza sutil y cálida
Las películas del director Hirokazu Koreeda se caracterizan por contener algunas de las dinámicas interpersonales más ricas y complejas del cine japonés, siendo una búsqueda incesante de encontrar la calidez humana en situaciones adversas. En esta ocasión, incursiona en territorio coreano para contar una historia entrelazada por un elenco de personajes que tienen en común buscar el bienestar de un bebé abandonado. Revelando así, en toda su cualidad humana, una historia contundente para comprender el peso que tienen las relaciones y lo difícil que es en ocasiones dar amor a los demás.
En una noche lluviosa, donde corren ríos de agua por calles empinadas, una mujer asciende hasta un buzón designado para almacenar bebés no deseados. Al mismo tiempo, una pareja de policías observa el hecho y dos trabajadores de la iglesia a la que pertenece el buzón, eliminan los videos de las cámaras para vender el bebé a una mejor familia; garantizando un mejor futuro para el niño. Pues aunque tiene una carta con el mensaje: “volveré por ti”. Lo cierto es que ellos ya saben que nunca nadie vuelve y no pueden ser adoptados a una nueva familia para una mejor oportunidad de vida.
Así, la historia se desarrolla cuando todos se entrelazan para vender el bebé a una familia adecuada. Y si bien el tema puede sonar escabroso, lo cierto es que la aproximación de la película es cálida y en formato de road trip. Permitiendo así, con el avance en una camioneta destartalada, que los pasados y las intenciones de los protagonistas se desarrollen con naturalidad y lleguemos a comprender no solo sus intenciones, si no la complejidad qué en ocasiones amenaza con romper la estabilidad en nuestras vidas.
Si algo sabe hacer bien Koreeda es plasmar las dinámicas sociales y familiares en contextos fragmentados. Ya sea por la pérdida de un ser amado, una reunión familiar incómoda o una vida llena de privaciones, siempre nos lleva de la mano y nos hace comprender que en ocasiones juzgamos sin contar con todo el contexto necesario para entender las acciones de las personas. Y esto es posible no solo por el gran guion, sino por las actuaciones sinceras de todo el elenco, encabezado por Sang Kang-ho (Parásitos), los cuales despliegan un rango de emociones que nos hace reír, asustarnos, llorar y conmovernos. Pues comprendemos que detrás de cada fractura del corazón, siempre hay un motivo complejo y personal que se interpone en nuestro anhelo de estar juntos.
Quizá la película pareciera en momentos más adecuada a un formato televisivo, pues no tiene grandes secuencias visuales o una banda sonora que reviente las bocinas de las salas de cine, pero con su pasmada y cariñosa naturaleza, nos somete a su propio ritmo y nos lleva a reflexionar sobre los niños abandonados, las oportunidades reducidas que se les pueden presentar y lo necesario que es soportar la presión que se interpone en nuestras vidas para poder conectar aunque sea un poco más.
Conclusión
De esta forma, Koreeda nos regala una película que si bien no es la mejor de su filmografía, pues podría llegar a sentirse algo lenta a la mitad del metraje; no deja de ser una de las propuestas más humanas y con más corazón del último año. Dejándote al final con una tristeza tan sutil que no habrá más que intentar llenar los huecos con un poco de cariño. Reconsiderando nuestras relaciones personales y el significado que tiene la familia para cada uno de nosotros.
Sobre el autor
Ficha técnica
- Título original: Beurokeo
- Dirección: Hirokazu Koreeda
- Guion: Hirokazu Koreeda
- Reparto: Song Kang-ho, Gang Dong-won, Bae Doona
- Duración: 129 min.
- País: Corea del sur
- Año: 2023