X-Men: Dark Phoenix

La gris despedida de la saga mutante.

Hace 19 años, cuando aún no existia ni la idea de crear un universo cinemático de superheroes y este género no habia explotado, llegó la casa productora de Fox con una cinta dirigida por Bryan Singer acerca de uno de los grupos mas populares de los cómics, ni mas ni menos que los X-Men.

Así, este nuevo milenio comenzó con el grupo de mutantes creados originalmente por Stan Lee y Jack Kirby en el lejano año de 1963, cuando los tiempos de lucha por la igualdad de derechos resonaba en el mundo, haciendo de este equipo una version incluyente de individuos perseguidos por sus diferencias con los humanos, creando una analogia estupenda para su época y que ha trascendido en el tiempo.

Después de una exitosa adaptación en la década de los 90 a televisión en una versión animada, los X-Men se convirtieron en uno de los productos más queridos del mundo marvelita y de los cómics en general, trascendiendo por generaciones y regalándonos historias muy buenas.

Así, se tomó ese riesgo de llevarlos por fin a la vida con un live-action que no era para menos. Un cast que incluia el talento de Patrick Stewart como Xavier, Sir Ian McKellen como Magneto y la joya en bruto que resultó ser el corazón de la franquicia por mucho tiempo, Hugh Jackman y su Logan. Con esos nombres y una buena historia de origen, la pelicula tuvo éxito y abrió paso a futuras adaptaciones que probarian suerte para bien o para mal.

La saga cinematográfica de los X-Men ha perdurado más que el MCU a la fecha, teniendo sus momentos altos y bajos, pasando de puntos muy buenos en la historia de cintas de superhéroes (X2, 2003 y Dias del Futuro Pasado, 2014) hasta cierres o relatos que pasaron con mucha más pena que gloria (La Batalla Final, 2006 o Apocalipsis, 2016). Esta vez, llegamos a otro final de un ciclo, donde la saga que se revitalizó gracias a First Class (Vaughn, 2011) llega a una conclusión justo antes de pasar a manos de Marvel y Disney para decirle adiós a Fox.

El resultado es una cinta gris, aburrida y simplona que no sólo sufre por los constantes atrasos en su fecha de estreno, reshoots y todos los problemas de producción ya conocidos, sino que tambien cae por su propio peso al entregarnos algo que se siente ya visto y que no tiene ni una pizca de corazón.

Todo comienza en los años 90, donde los X-Men emprenden una misión para salvar una misión espacial donde nuestro conocido grupo de mutantes pone en riesgo sus vidas. Así, Jean Grey es alcanzada por una extraña radiación que provocará el despertar de su máximo poder, es decir, despertará al Fénix del título, lo cual provocará consecuencias inesperadas para el grupo de Xavier y para toda la humanidad.

Parece increíble que Kinberg, con el cariño que ha profesado hacia el cómic y despues de estar involucrado en la anterior adaptación de este arco de Phoenix (fue guionista de La Batalla Final), la cinta se sienta tan carente de relevancia en todos sentidos. Las incongruencias y traiciones a la esencia de ciertos personajes, ya no digamos una pésima edición y un guion plano que no desarrolla nada. Haciendo así que la cinta se vuelva aburrida, un pecado que cualquier cinta de este género debería evitar a toda costa, pues su finalidad primaria es entretener.

Lamentablemebte aquí no es así y Kinberg demuestra toda su inexperiencia detras de la cámara, regalando secuencias de accion que no son emotivas, partes dramáticas que no conectan y una falta de empatia en general durante una cinta que dura dos horas pero se sienten como tres. Inclusive en la misma estética visual, esta pelicula parece pertenecer a otro universo, dejando de lado lo visto en las tres cintas anteriores para dar una conclusión mal hecha y carente de emociones.

Dark Phoenix es una cinta gris, aburrida y simplona.

Hablar de las actuaciones en Dark Phoenix es difícil, ya que a pesar de que Sophie Turner no lo hace mal y la calidad del cast en Fassbender o McAvoy es indudable, lo torpe y simple del guión mata cualquier esfuerzo de credibilidad en su trabajo, pareciendo más que están cumpliendo con un compromiso que por gusto, lo cual también le quita credibilidad a lo que los personajes viven, sienten o sufren en la cinta, haciéndolos simplones y con decisiones que parecen ser tomadas por un adolescente de 15 años en lugar de personajes como los X-Men. Ni que decir de nuestra villana, una Jessica Chastain desaprovechada en un papel de mala genérica cuyas motivaciones son tan absurdas como el resto de la pelicula.

Tal vez en el aspecto visual cumpla algunos buenos momentos, siendo la secuencia espacial lo más elaborado de la cinta, pero hasta eso es irregular, porque hay partes en donde parecen FX para otra cinta, mal logrados, que a veces hacen recordar las garras falsas de Wolverine en su cinta de origenes o, en algunas otras situaciones, hasta a Terminator 3 (Mostow, 2003).

Un punto salvable es la musica de Hans Zimmer, compositor que suele cumplir bien a pesar de la cinta, la cual sí da ciertos toques buenos pero no llega a ser emotiva debido a la pobre ejecución del director en los momentos que deberían ser memorables para volverlos olvidables.

Conclusión:

X-Men Dark Phoenix es el triste punto más bajo de una saga que dice adiós por el momento y espera un reboot que luce muy necesario después de una conclusión tan simple y sin alma como la que decidieron darle a este grupo de héroes. En cuanto a Kinberg, decía que queria hacer una buena adaptación, algo digno de la historia del Fénix Oscuro en que está inspirada, pero hace todo lo contrario, logrando incluso que revaloremos lo hecho en La Batalla Final del 2006 que, a todas luces, logra mejores resultados que esta olvidable y muy aburrida última entrega.

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