The Marvels – Reseña

El declive de Marvel sintetizado en una película

No se puede negar ni mucho menos tratar de engañar sobre el presente de Disney pero sobre todo del de Marvel, un horizonte que se desgasta a una velocidad tan elevada que su última producción de éxito (Guardianes de la galaxia Vol. 3) parecería un error en una planificación de baja calidad. Parecería que los directivos y la gente encargada de las ideas en la gran M seleccionan los elementos que menos aceptación tienen o cuando menos, la idea que menor atención genera.

Tantas producciones, récord para la franquicia del MCU que ha lanzado como nunca antes productos tanto en cine como en plataformas, no solo han generado un cansancio o desgaste en una fórmula agotada hasta el extremo, sino que conforme uno revisita aquellos títulos que los hicieron ganadores más queda en evidencia la ausencia de compromiso, respeto para sus fans y una confirmación de que cierta agenda simplemente no funciona.

Todo esto a modo de recuento, de resumen audiovisual, llega con fuerza estrepitosa con olor a fracaso en The Marvels. Y es que hay que decirlo: este proyecto estuvo marcado por una serie de rumores que parecieron confirmarse por lo visto en pantalla; el primero es el papel de Brie Larson en el resultado, con promesas para que la ganadora al Oscar dirigiera y fuera la líder de una franquicia que en 2019 parecía imparable pero que no solo no se cumplieron sino que la hicieron coprotagonista (tercera de tres, hay que decirlo), sin siquiera llamarla secuela en el título de lo que debería ser la segunda parte del hilo de películas de la Capitana Marvel, llevando a una mala actitud por parte de Larson y hasta barullo de confrontación con Teyonah Parris. Ya ni hablar de que Ms. Marvel es una de las series que menor audiencia tuvo, con una Iman Vellani que pareciera interpretar al fanático más conformista de Marvel.

El segundo, regrabaciones y reescrituras de guión que se notan a leguas en una búsqueda desordenada por incluir tantos estilos de películas, alejado de acertar en cualquiera de estos que se han propuesto. Encadenando esto con el tercer punto, el de una limitación para Nia DaCosta que llevó a decirse que la responsable de la nueva versión de Candyman (2021) abandonó la post producción para concentrarse en Hedda, su siguiente cinta.

Tantos problemas negados pero que no dejan dudas de que algo hay de cierto en todos esos rumores, el más reciente estreno de “La casa de las ideas” es un punto en lo más bajo a nivel creativo y de ejecución en prácticamente todas las áreas. Además, se debe insistir que la estrategia de forzar el visionado de series en la plataforma de Disney+ sin realizar cintas que realmente se puedan disfrutar de manera individual ha fallado de tal manera que las pesadillas de esos fanáticos acérrimos de ver al MCU sin brillo está aquí como nunca.

La Capitana Marvel ha recuperado su identidad y se ha vengado de la Inteligencia Suprema. Cuando sus deberes la envían a un agujero de gusano, sus poderes se enredan con los de otros dos superhéroes para formar a The Marvels.

Pese a que la premisa es sencilla y da para una película que cuando menos regrese de manera fluida la fórmula de humor-aventuras, Nia DaCosta, Megan McDonnell y Elissa Karasik no encuentran un equilibrio en la integración de la multitud de géneros ni una correcta realización. Desde escenas de acción que demuestran que ni Vellani ni Parris se prepararon para encararlas (añadiendo una terrible dirección de cámaras que perjudica mucho la experiencia) hasta un segmento musical que da tanta pena que se puede notar la incomodidad de Larson y Seo-joon al protagonizarla. 

No cabe duda que una parte fundamental del desastre recae en Dar-Benn, una villana genérica a la que se le acompaña una traición hacía la propia Capitana Marvel. Cuando Carol Danvers participó en Avengers: Endgame se trató de convencer a todo el mundo (hasta Kevin Feige apoyó con sus declaraciones) que ella poseía un poder inmenso, capaz de enfrentarse cuerpo a cuerpo a Thanos, de viajar de galaxia a galaxia en cuestión de segundos y de solucionar problemas de planetas sin sudar. No bastó más que una “crisis” por encontrar su pasado y la necesidad de incluir tanto a Monica como a Kamala (esta última sin real trascendencia en ningún momento) para que ella no pudiera enfrentar a Benn. Si bien este último personaje basa su actuar en una motivación bastante llamativa, la manera en la que lleva a cabo su plan es lamentable, sin consecuencias que enmendar y con una solución que de plantear todas las posibilidades cualquiera tomaría desde el inicio.

La familia de Kamala aporta un poco de humor a sus escenas, sintiéndose como una versión pakistani de la que se vió en Blue Beetle. Sin embargo, su presencia no tiene sentido ni función, dejando a Nick Fury y a Goose como los personajes que se salvan un tanto de lo mal que está todo; Samuel L. Jackson posee los mejores chistes y, aunque se le ve sin entusiasmo, su sola presencia levanta la experiencia; Goose termina por despertar del sopor con una acción que sirve para solucionar un obstáculo de manera conveniente.

Visualmente es la confirmación de que a Marvel no le interesa entregar algo de calidad. La pantalla verde y los sets se notan, con pésimas animaciones así como de escenarios que se repiten pero que solo varían en iluminación y extras que no se diferencian demasiado los unos de los otros.

Musicalmente es genérico lo que se entrega, con piezas que asemejan a la de programas de televisión de bajo nivel. No hay composición alguna rescatable ni memorable, sin darle algo de emoción a las escenas de combate que sí requieren con urgencia tener algo de esencia y personalidad. 

Con todo esto y agregando que sus 105 minutos se sienten difusos la mayor parte del tiempo, The Marvels es el último eslabón en la cadena de fracasos que parecen lejos de terminar si no se cambia la estrategia y los contenidos, siendo el opus magnum de todas las malas decisiones en las últimas fases del MCU.

¿Será ya la gota que derramará el vaso para un verdadero golpe de timón en Marvel? Sinceramente, se duda.

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