Sisters: El verano que encontramos nuestros superpoderes – Reseña

Una aventura entrañable fraternal

A veces cuando la rutina es asfixiante hay películas que, gracias a su cálida vibra y temática familiar, suponen un respiro necesario e incluso una oportunidad para reflexionar sobre el niño interior o el estado en el que se encuentra la relación con los padres.

En pleno verano y como preámbulo del regreso a clases que llegará en breve, Mandarina Cine trae a los cines Sisters: El Verano en el que encontramos nuestros poderes, propuesta noruega que se robará el corazón de todo tipo de audiencia, especialmente si se ve en familia.

Vega y su hermana menor Billie van a hacer una excursión nocturna en los bosques noruegos con su papá. El viaje esperado está lleno de dulces aventuras y momentos felices hasta que su papá cae en una grieta de la montaña, se tuerce el tobillo e, incapaz de moverse, les pide a Vega y a Billie ir a buscar ayuda. Inicialmente las chicas se sienten perdidas, pero después de varios encuentros mágicos y misteriosos en el bosque, aceptan la misión. ¡Se enfrentan con valentía a sus miedos, descubren sus superpoderes y encuentran fuerza en la hermandad!

Lo primero que se destaca en esta incursión de los directores Silje Salomonsen y Arlin Østin Ommudsen es el tono exacto de humor, drama así como de aventura. En esta ocasión, el relato coming of age se da desde la infancia con el choque de dos personalidades distintas: mientras que Billie se toma en serio su imaginación y la inocencia muchas veces la hace ser esa motivación para salir adelante, Vega es más madura a la vez que decidida o hasta cerrada por ese paso que está por dar a la pre adolescencia.

La parte visual no intensifica los colores del paisaje pero sí da una vibra nostálgica como si de un recuerdo se tratará. Ambos directores han trasladado la dinámica de los filmes de aventura infantil de antaño a las condiciones de estos tiempos en los que los smartphones dan otras posibilidades. Resulta interesante como también la película es un relato de los padres de estas nuevas generaciones, con cierto grado de inmadurez (por parte del padre) o de frustración que se torna más honesto (por parte de la madre). Así mismo, las niñas aportan un carisma que se siente auténtico, sin dejar de lado algunas rabietas típicas de la edad que desembocan en situaciones divertidas causantes de un crecimiento en la confianza de su propio potencial.

La locación elegida es hermosa, bien aprovechada para regalar no sólo postales sino que se utiliza para explorar diferentes reflexiones abordadas por Vega (narradora de este relato, la cinta está construida a modo de recuerdo) y que son tocantes a distintos cuestionamientos presentes sobre todo entre los 7 y 10 años. Los diálogos hacen de cada uno de estos algo universal, tanto chicos como grandes podrán sentirse identificados.

El ritmo es ágil, la duración de apenas hora con 18 minutos es adecuada y en ningún momento se vuelve tediosa la experiencia, aunque si es predecible el devenir de este filme.

Por último, el doblaje resulta el punto más bajo de la propuesta. Las voces y la manera en la que están grabadas no es del todo agradable, siendo el soundtrack el que termina salvando esta situación y unos créditos finales que dan fe al amor que los cineastas han puesto para la realización de esta cinta, siendo el rodaje más como una excursión que como una filmación propiamente.

Conclusión

Si bien no es un largometraje perfecto ni revoluciona este tipo de relatos, Sisters: El verano que encontramos nuestros poderes es una de esas gratas experiencias que devuelven al espectador a la edad de la imaginación pero sobre todo, a esas ocasiones en las que las películas transportaban a aventuras en las que se crecían, divertían y conectaban aún más con la familia.

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