Un regreso a las bases de Shyamalan
Amado por unos, odiado por otros. Esa reflexión define de buena forma a M. Night Shyamalan, realizador que ha probado las mieles del Olimpo con su obra más lograda, El sexto sentido (1999), el aplauso del público y la crítica con sus giros finales y el manejo del suspenso con Señales (2002) o Fragmentado (2016), así como la dura crítica y rechazo por su floja adaptación de El último maestro del aire (2010) o la fallida El fin de los tiempos (2008).
A pesar de ello, el considerado alguna vez sucesor de Alfred Hitchcock, sigue vigente y ahora está de vuelta retomando un poco de sus temas más recurridos en Llaman a la puerta, cinta basada en la novela The Cabin at the End of the World de Paul Tremblay, en la que un fin de semana en familia se convertirá en una pesadilla cuando cuatro extraños lleguen a irrumpir la paz de este lugar con un propósito muy peculiar.
Una de las virtudes que tiene este nuevo filme es que Shyamalan no tarda en meter de lleno al espectador en la tensión de la situación. Desde el inicio, desarrolla un peculiar encuentro entre Wen (la sorpresiva Kristen Cui) y Leonard (Dave Bautista), usando primeros planos muy cerrados en algo similar a un juego de miradas amenazante que sirve como detonante para el devenir del relato. Después de esa breve introducción, todo se desplaza a la pequeña cabaña habitada por Eric (Jonathan Groff) y Andrew (Ben Aldridge), padres de la pequeña, advirtiéndoles de ese llamado al que hace alusión el título.
Desde ahí, la capacidad de este director para construir un ambiente tenso es muy interesante, así como la liberación de la misma de vez en cuando usando el recurso de los flashbacks de los protagonistas, mismo que ayudan a saber más acerca de su historia y de la difícil decisión a la que serán expuestos por este cuarteto de extraños. Curiosamente, aquí se destacan ciertos guiños a películas del sub género del ‘home invasion’ como Los extraños (Bertino, 2008) o el gran clásico de Michael Haneke, Funny Games (1997), donde estos personajes llegan a alterar la convivencia por razones sorpresivas o aparentemente banales.
Pero esa sensación de tensión también se transmite con el constante confrontamiento actoral en el cual destaca la labor de Bautista con un rol serio y solemne que busca ser la voz de la razón a la par de la intimidante presencia que determina las reglas de este juego: tomar una dolorosa decisión para salvar a la humanidad o provocar el apocalipsis. Sorprende que a través de su mirada y postura pueda mostrar un lado tierno, pero a la vez amenazante, como una especie de Papá Oso buscando lo mejor para su manada complementada por Rupert Grint (Redmond), Nikki Amuka-Bird (Sabrina) y Abby Quinn (Ardían).
Este grupo provoca una situación de choque entre la pareja hay protagonista, misma que funciona como punto de reflexión ante el choque de sus personalidades. Eric (Groff) es alguien más amable, con cierto tacto, el padre sensible. Por otro lado, Andrew (Aldridge) resulta el protector, más gutural y de carácter fuerte, el pragmático abogado que cuestiona todo lo que está sucediendo y el porqué. Ellos se vuelven una dupla interesante de observar ante los hechos que se suscitan, pues ante una humanidad juzgada, es la minoría quien tiene el poder de decisión sobre el destino de aquellos que, tal vez, los han juzgado a ellos.
También está la música, compuesta por Herdís Stefánsdóttir, cuyo trabajo es mayormente conocido en series de televisión (Y: The Last Man, 2021) y cortometrajes. En esta primera colaboración con Shyamalan, ofrece un adecuado equilibrio de emociones que dota a este pequeño lugar remoto de grandes momentos, ayudando a transmitir la angustia de los involucrados en este dilema de locura entre los intrusos y la pareja protagonista de Eric y Andrew. Asimismo, nos remite a los mejores momentos que James Newton Howard tuvo con este director nacido en India y criado en Pensilvania.
El guion de Shyamalan, esta vez construido con ayuda de Steve Desmond y Michael Sherman (el cortometraje Monsters, 2015) se apoya mucho en la familia, la fe y el sacrificio, mismos que generan un dilema moral donde, a veces de manera eficiente y en otras de forma muy ambigua, cuestionan los principios del espectador y ponen la importancia de tomar una decisión en medio. Es ahí donde encontramos esa esencia del realizador que siempre ha puesto su lado espiritual pero crítico en sus obras, especialmente dentro de sus primeros filmes.
A pesar de sus ligeros tropezones en el ritmo, sobre todo a la mitad del relato, Llaman a la puerta resulta un regreso a las bases por parte de este realizador, entregando uno de sus mejores trabajos en esta nueva etapa suya. Esto gracias a la presentación de elementos disruptivos en su conflicto que, como es usual en este autor, pueden causar gusto o desagrado pero jamás una indiferencia. Es así que este thriller ofrece los mejores aciertos de un Shyamalan que ha trabajado en su estilo visual, ofreciendo una cinta que tiene sus mejores aciertos como cineasta así como aquellos pequeños vicios que le han causado ser odiado. Que una parte de la humanidad sea la que juzgue.
Sobre el autor
Ficha técnica
- Título original: Knock at the Cabin
- Dirección: M. Night Shyamalan
- Guion: M. Night Shyamalan, Steve Desmond & Michael Sherman
- Reparto: Dave Bautista, Jonathan Groff, Ben Aldridge
- Duración: 100 min.
- País: Estados Unidos
- Año: 2023