De la explotación laboral y sus estragos
El cineasta Ken Loach es uno de los pocos realizadores que a la fecha sigue claramente una línea, un estilo y postura narrativa donde no teme meter el dedo (o en este caso, la cámara) en las llagas sangrantes de una sociedad como la inglesa, ya sea ahondando en su pasado para criticar el violento colonialismo sobre el pueblo irlandés (The Wind that Shakes the Barley, 2006) o mostrando las diferencias y falta de oportunidades de sectores más pobres (Riff Raff, 1991).
Después del exitoso recibimiento de Yo Soy Daniel Blake (2016), Loach regresó el año pasado a cines con un proyecto que, similar al de este viejo luchador que no podía alcanzar una pensión y su triste destino final, nos vuelve a mostrar una problemática muy actual que causa escozor al mostrarnos en Lazos de Familia (2019) los excesos de la explotación laboral y los estragos que causa en el núcleo social más importante: la familia.
Ricky (Kris Hitchen) es un padre de familia, casado con Abbie (Debbie Honeywood) y con dos hijos en su haber. Uno adolescente y en plena rebeldía de nombre Seb (Rhys Stone) y una niña, Liza Jae (Katie Proctor) muy apegada a ellos. Debido a la crisis laboral que lo hizo perder su empleo, Ricky busca hacer su propio negocio de mensajería para resolver los problemas económicos de su familia.
Sin embargo, las buenas intenciones de este padre poco a poco lo van llevando a caer en ese voraz círculo vicioso de la explotación laboral desmedida que deja de lado toda ley o regla y se basa simplemente en el punto de someterse a los principios de un patrón que no ofrece garantías ni derechos, simplemente obligaciones.
Pero la lucha no solamente la lleva Ricky. Abby, su esposa, es cuidadora de tiempo completo, a la cual le pagan por sus visitas, ni siquiera por las horas, en un trabajo que pierde el enfoque humano necesario para convertirlo en un negocio mal pagado que sólo provoca un alienamiento entre esta pareja y la relación con sus hijos, una consecuencia dura pero honesta que Loach no teme en mostrar.
La vena de cineasta independiente se nota en el oficio de este director donde no depende de una gran musicalización o una puesta en escena excesiva, sino que simplemente se anima a meterse a esos lugares de Inglaterra que no son usualmente vistos para darles voz y un sentido de autenticidad pura a su cine. Si bien es una cinta de ficción, Loach nos mete de lleno a este problemático mundo de las clases medias/bajas y esa lucha por sobrevivir día a día.
El guion de Paul Laverty resulta una de las principales fuerzas de esta visión, mostrándonos esos lados agridulces que la familia del título nos va mostrando, esos momentos de esperanza que de repente, como en la vida, chocan con la cruda realidad, dándonos una lección moral acompañado de una crítica mordaz acerca de la desintegración familiar que provoca no sólo la explotación laboral sino ese sistema desigual que muchas veces queremos ignorar pero sabemos que esta presente.
Otro punto a favor de la cinta de Loach es ese intimísimo característico donde los personajes tienen el peso del relato en su totalidad. El cineasta no teme en meternos en la rutina de Ricky y poco a poco mostrarnos esa deconstrucción familiar derivado de una lucha que ni siquiera tendría que serlo que a la vez resulta ser una relación inversamente proporcional a su trabajo, ya que mientras mejor le va laboralmente, peor le va en su relación familiar.
El trabajo de Kris Hitchen y Debbie Honeymoon como los padres abnegados que buscan salir adelante y dar lo mejor para sus hijos es muy bueno. Compartimos paso a paso su dolor, su incomodidad, su enojo que acaba por detonar en un viaje muy íntimo que va mostrando un arco dramático interesante que nos lleva por contrapuntos interesantes sin caer en lo moralino.
Más allá de esas críticas características del cineasta, este relato comparte un agridulce retrato de una familia moderna que lucha por sobrevivir y dar lo mejor en un mundo voraz hasta mostrarnos, en una triste escena final, la cruda realidad de que por más que uno quiera romper las cadenas de esa explotación laboral y esos estragos que causa en la vida personal de algunos, no podemos hacerlo.
Conclusión
Provocando la reflexión acerca de estos temas, Lazos de Familia se convierte en un título de la 68 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional indispensable de ver donde Loach sigue haciendo gala de sus mejores virtudes sin temer a incomodar, sacudiéndose las posturas correctas para mostrar incluso la ironía contenida en su título original, ese que hace alusión al recado de los mensajeros que no encuentran a quien deben entregar su paquete, donde un ‘Disculpa por no encontrarte’ se convierte en el dilema del vacío generado justamente en esos lazos de familia que parecen romperse cada vez más.
Sobre el autor
Ficha Técnica
- Título original: Sorry we missed you
- Dirección: Ken Loach
- Guion: Paul Laverty
- Reparto: Kris Hitchen, Debbie Honeywood, Rhys Stone
- Fotografía: Robbie Ryan
- Duración: 101 min.
- País: Reino Unido
- Año: 2019