El Callejón de las Almas Perdidas – Reseña

Una nueva clase de monstruo

La nueva cinta de Guillermo del Toro nos entrega una nueva clase de monstruo, el mismísimo ser humano el cual está repleto de ambiciones.

Basado en la novela de William Lindsay Gresham de 1946, nos cuenta la historia de Stanton interpretado por Bradley Cooper, un hombre que después de haber incendiado su casa busca probar suerte trabajando en un carnaval; en este lugar aprende el arte de la estafa y el mentalismo que consiste en crear la ilusión de que se puede leer la mente de las personas. Stanton logra abrirse paso en este negocio de la mano de su interés romántico Molly; interpretada por Rooney Mara con la que crean un espectáculo psíquico para la élite de Nueva York.

Su negocio parece prosperar hasta la llegada de la psicóloga Lilith Ritter interpretada por Cate Blanchett; quien con mucha más ambición que Stanton se une a él a través de un acuerdo en el que ella le brindará información sobre sus pacientes más ricos con la condición de que él le cuente su pasado a través de sesiones terapéuticas. El camino de Stanton lo llevará a estafar a gente mucho más adinerada, sin embargo, este viaje pondrá en riesgo su vida.

Quizá ésta es la propuesta más diferente del director mexicano, si bien el tono de suspenso y el misticismo se mantienen constantes en ésta ocasión las criaturas fantásticas no forman parte del relato.

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Probablemente para muchos resulte un tanto diferente luego de tener trabajos como La Forma del Agua o La Cumbre Escarlata en donde a través de cada escena existe una magia que a pesar de ser sobrenatural se ajusta perfectamente a su universo; El Callejón de las Almas Perdidas, en cambio, es realista e incluso contemplativa a momentos.

Fácilmente podríamos tener dos películas ya que la primera parte es totalmente dedicada a la vida dentro del carnaval mientras que la segunda mitad nos enseña la subida y caída de un hombre por sus malas decisiones.

Sin embargo, es en la maestría de Del Toro, que ambos relatos convergen de manera armónica a través de la dinámica entre el hombre y la bestia y la delgada línea que los divide. Cualquier hombre podría convertirse en una bestia si recae en sus más grandes vicios, ambiciones y si no supera sus traumas del pasado; es por ello que este viaje es totalmente introspectivo.

El diseño de arte detrás es impecable, cada una de las locaciones remite perfectamente los años 40, las carpas, los vestuarios e incluso la manera en que el color evoluciona a lo largo del filme crea una de las atmósferas más íntimas y un retrato fiel a la realidad.

Los elementos que se observan en pantalla no son fortuitos, en entrevistas previas al estreno de la cinta el director mexicano mostraba en su cuaderno de ilustraciones a Enoc, una especie de feto dentro de un frasco de vidrio que tiene apariciones recurrentes durante toda la película y que nos recuerda la fragilidad del ser humano.

Conclusión

Nightmare Alley nos sumerge a través de diferentes temas, el alcoholismo, los traumas del pasado, el folklore del carnaval, la ambición y la decadencia del ser humano, nadie está exento a terminar en la pobreza o lleno de vicios. 

En ésta ocasión el director nos deleita con una nueva faceta permitiéndose experimentar sin dejar de lado su esencia, Del Toro es un fantástico creador de mundos y esto podría significar en un futuro nuevas historias desde diferentes géneros cinematográficos.

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