Dolittle

Un regreso sin brillo del Doctor Dolittle

Hugh Lofting, escritor y ex militar herido en la Primera Guerra Mundial, publicaba en 1920, Las Aventuras del Doctor Dolittle, donde contaba la historia de un médico que rechazaba pacientes humanos en favor de los animales con los que podía hablar.

El éxito de esta idea hizo que Lofting expandiera la historia de este singular doctor a más de 30 novelas y diera lugar a múltiples adaptaciones a TV, teatro, así como cine, donde destacan las adaptaciones de 1967 protagonizada por Rex Harrison (donde ganó dos premios Óscar: mejor canción original y mejores efectos visuales) y la de 1998, con Eddie Murphy como Dolittle, que dio pie a una saga de películas donde el concepto se llevaba a la época actual.

Para 2020 y tras 9 años de la última adaptación (en este caso animada y directa para vídeo), llega a la salas de cine una nueva versión del extravagante doctor, la cual tiene múltiples oportunidades para brillar pero las malas decisiones la condenan.

Después de perder a su mujer hace siete años, el excéntrico Dr. John Dolittle (Robert Downey Jr.) , un reputado doctor y veterinario, se encerró en sí mismo tras los muros de su mansión con la única compañía de su colección de animales exóticos. Pero cuando la joven reina cae gravemente enferma, Dolittle tendrá que dejar, muy a su pesar, su vida de ermitaño para embarcarse en una épica aventura a una mítica isla en busca de una cura, recuperando su sentido del humor y su coraje a medida que se cruza con viejos adversarios y mientras descubre maravillosas criaturas.

La cuarta cinta de Stephen Gaghan, quién obtuvo reconocimiento y éxito de taquilla con Abandoned y Syriano, tiene parte de la inventiva y oficio de este director en algunos momentos donde hace que la película sea fluida. Sin embargo y tal como después demostró con Gold, cinta que tenía un trasfondo interesante así como un elenco de primera línea, no sabe cómo aprovechar los elementos que tiene a su alcance.

El guion de Dolittle propone giros emotivos, situaciones cómicas y momentos de acción que no son bien ejecutados, ya sea por la falta de chispa humorística o porque se va por la segura con una trama muy sencilla así como genérica, determinada por el hecho de que va dirigida a niños (aunque estos últimos puedan aburrirse por la falta de esencia en la aventura).

La animación CGI es bastante irregular, donde se tienen animales que están bien diseñados e implementados y otros que se notan a leguas que están generados por computadora. Este aspecto impide que la buena labor de sus actores de voz, entre los que destacan Emma Thompson, Craig Robinson, Rami Malek y Ralph Fiennes, no brille y quede este elenco como una anécdota.

Las actuaciones de Robert Downey Jr., Antonio Banderas, Harry Collet y Michael Sheen se notan comprometidas pero limitadas por personajes básicos y exagerados, especialmente claro en este nuevo Dr Dolittle con un acento demasiado forzado, además de sentirse una calca del personaje Sherlock Holmes de las películas de Downey. De la misma manera pasa con el Dr. Blair Müdfl, rival del doctor que es interpretado por Sheen, siendo un villano bastante genérico y sin carisma.

La música del gran Danny Elfman tiene calidad pero se siente sin alma o identidad propia, muy similar a lo que sucedió con Dumbo. No hay alguna composición épica o sorprendente, ninguna de las que elaboró ayudan a que la película crezca o cuando menos, rescate alguna escena.

Pese a que los escenarios están bien elegidos y la fotografía del mexicano Guillermo Navarro (ganador del Oscar por su trabajo en el Laberinto del Fauno) es agradable, así como acertada, el guion no ayuda mucho a que estos aspectos brillen.

Conclusión

Dolittle queda como otro ejemplo del estancamiento de ideas en la industria audiovisual. Esta nueva versión posee elementos adecuados para entregar una cinta entretenida con un elenco más que llamativo, pero las malas decisiones condenan a esta aventura a ser un regreso sin brillo de un personaje tan interesante como lo es el Dr. Dolittle. Definitivamente, logra comunicarse con los animales pero falla en su intento por establecer un diálogo con el espectador y el éxito.

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