El poder de la animación nos trae devuelta a Buñuel y a un pueblo olvidado
La 68 Muestra Internacional de Cine empieza este 13 de noviembre y nos trae una gran variedad de películas en su catálogo, títulos de la corriente nouvelle vague de los años sesenta, hasta largometrajes actuales que tratan sobre el baile, historia, guerra y más. La única película animada de toda esta muestra es: Buñuel en el laberinto de las tortugas de Salvador Simó. Filme que ha ganado premios como el Goya a Mejor Película de Animación en 2020 y el Premio a Mejor Largometraje de Animación Europeo.
La premisa es sencilla, contar la historia detrás de Las Hurdes, tierra sin pan (1933), de Luis Buñuel, cinta que sigue a Buñuel y a su equipo de rodaje mientras viajan a las Hurdes, un pueblo ubicado en el norte de España en la región de Extremadura. Este lugar se encuentra en una zona montañosa y cuenta con una población que vive prácticamente en la miseria. Buñuel retrata en su documental la vida del pueblo, sus precariedades y diferentes ritos; es una demanda social que intenta visibilizar este pueblo tan olvidado.
El proyecto animado de Simó, Buñuel en el laberinto de las tortugas, retrata cómo fue la construcción de la película entre el equipo mismo de trabajo, dándole prioridad al productor Ramón Acín; pintor, escultor, apasionado por la pedagogía y anarquista durante la Guerra Civil Española. La película está situada justo después del estreno de La edad de oro (1930) en un periodo donde el Buñuel que vemos no es todavía esta gran figura que tenemos de él. Vemos a un Buñuel joven sin todos estos atributos, un Buñuel que sigue siendo presionado por la sombra de Salvador Dalí. Es esta cualidad la que hace de esta película ligera y muy disfrutable de ver; se muestra a un Buñuel muy humano que teme de sus errores; una figura que no está escondido detrás de tanta grandeza.
Buñuel en el laberinto de las tortugas se enfoca en la relación de los miembros del rodaje y en especial en el vínculo entre Luis Buñuel y el productor previamente mencionado Ramón Acín. Observamos la amistad de estos dos personajes e incluso algunos conflictos que surgieron a lo largo de la filmación. La animación es sencilla pero eficaz. Logra retratar a varios personajes de tal manera que sorprende el parecido entre los dibujos y las fotos de ellos; en especial el dibujo de Ramón. Y claramente no podía faltar el tema surrealista a lo largo de la película, la cinta muestra cómo el director y el equipo de animadores aprovechan este recurso al máximo para crear escenas memorables. Sin embargo, este elemento es sobre utilizado y pierde este efecto tan bonito que tiene individualmente. Fácilmente se encuentran con más de cuatro sueños y otras visiones que van entre alucinaciones o recuerdos.
Destaca el uso del material original de Las Hurdes en el montaje de esta película. El guión y las escenas están claramente pensadas en primer lugar desde la producción original de Buñuel y fuera de recrear aquello que nosotros no podemos ver en la película porque no fue grabado, esta cinta pone en contexto escenas del proyecto de Buñuel. El director decide incluir estos segundos de material de una forma tan abrupta, pero que curiosamente se sienten correctos, pues la narrativa misma despierta curiosidad por lo que están retratando. Estos elementos juntos hacen del resultado final algo increíble y muy característico a comparación de otras películas animadas. Salvador Simó y su equipo invita a todo quien no ha visto el material original a conocer más sobre este proyecto, la vida de Luis Buñuel y de Ramón Acín.
La música dentro de la película funciona de manera efectiva y destaca por sí misma pero sin opacar lo visual. En las escenas oníricas, la música nos lleva a ese mundo de sensaciones que pareciera que estamos dentro de un sueño. Mientras que en el pequeño pueblo, nos encontramos con melodías más alegres o lúgubres según el momento en el que estemos. No es sorpresa que en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy en Francia haya ganado el Premio a Mejor Música Original de Largometraje.
Sin contar el final, quiero comentar que la película termina de forma en que se cuenta mucho sin decir tanto. Es de alguna manera, una forma de homenaje; un homenaje vivo que despierta una memoria o interés ante el tema.
Conclusión
Buñuel en el laberinto de las tortugas es una película animada de no muy larga duración que vale la pena ver ya sea que conozcas el cine de Buñuel o no. Es un largometraje que despierta curiosidad ante el espectador por conocer un poco más del trabajo de Buñuel y de su labor detrás de cámara en Las Hurdes. El guión está bien construido (sin contar el uso excesivo del que hablamos previamente) y el montaje de las animaciones con el material original de la película de Buñuel hacen de la película de Salvador Simó algo digno de recordar.
Sobre el autor
Ficha Técnica
- Dirección: Salvador Simó
- Guion: Salvador Simó y Eligio R. Montero. Basado en la novela gráfica de Fermín Solís
- Doblaje: Jorge Usón, Fernando Ramos, Luis Enrique de Tomás
- Duración: 80 min.
- País: España-Países Bajos
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