Argylle: Agente secreto – Reseña

El género de espías ha sabido posicionarse como uno de los favoritos en el cine al ofrecer un panorama que puede ir desde el drama serio hasta la acción y la comedia. Si bien los antecedentes en el séptimo arte datan desde el cine mudo o con directores importantes que ayudaron a impulsarlo como Fritz Lang (Spione, 1928) o el maestro del suspenso Alfred Hitchcock (El hombre que sabía demasiado, 1934; Los 39 escalones, 1935), los espías han sobrevivido las pruebas del tiempo al adaptarse al contexto en el que son creadas.

Asimismo, hay infinidad de autores y personajes que han explorado las vertientes del espionaje, las vueltas de tuerca y los fatídicos o heroicos finales que confrontan. Tenemos a Ian Fleming, autor del agente 007, James Bond y su muy marcada postura anti comunista en plena Guerra Fría, John Le Carré y sus siempre buenas intenciones que terminan empeorando todo o más recientemente, Robert Ludlum y Jason Bourne, una mezcla de la ficción heroica con la crítica hacia el poder de las agencias gubernamentales dedicadas a ello.

Todo ese mar de influencias es tomado como un gran chiste en Argylle: Agente secreto, donde el británico Matthew Vaughn (Kickass, Kingsman) desata su habitual locura y particular humor para un relato en el que una escritora de novelas de espionaje (Bryce Dallas Howard) se ve inmiscuida en este mundo de traiciones y giros de tuerca por escribir hechos reales en sus más recientes obras protagonizadas por el súper agente Argylle (Henry Cavill). Pero, para variar, no todo es lo que parece y mientras ella busca terminar su nuevo libro, tendrá que aprender a vivir como espía mientras la verdad detrás de todo se devela.

Después de unos cuantos atrasos en su lanzamiento, Vaughn logra hacer una película que toma todos los tropos del género de espías, oscilando entre el homenaje y la sátira sin caer en los absurdos de Johnny English (Howitt, 2003) y sus secuelas o el estilo más “fino” de Spy: Una espía despistada (Feig, 2015), todo a través de su particular sello con secuencias de acción llamativas y un soundtrack memorable. Sin embargo, es imposible dejar pasar la predictibilidad de un relato que podría haber sido más si abrazara el absurdo de lo que propone.

Bryce Dallas Howard hace un buen papel como Elly Conway, una mujer solterona que casi cae en el cliché de la “señora de los gatos” gracias a su fiel acompañante a quien lleva a todos lados en su mochila personalizada, Alfie. Es su desarrollo el que resulta más atractivo a pesar de desafiar toda lógica y de presentar giros de tuerca que casi resultan excesivos. Por otra parte, Sam Rockwell como Aiden, el agente que la protege y le ayudará a saber la verdad, es la contraparte que guiará a Elly en su arco entre balazos, golpes y chistoretes, creando una dinámica de atracción bizarra entre ambos.

Y ese es tal vez uno de los líos por los que Argylle: Agente secreto no acaba de convencer en su tono que oscila entre lo serio y lo ridículo. Bryan Cranston ejemplifica bien esa dualidad del filme con su rol donde combina los mejores momentos de Walter White de Breaking Bad con el hilarante y bobalicón Hal de Malcolm el de en medio. Sumado a ello hay cameos de Dua Lipa, John Cena, Ariana DeBose, Sofia Boutella y Samuel L. Jackson, estos dos viejos conocidos del realizador, cuyos personajes no aportan mucho a la trama más que para seguir fluyendo y complicando la trama de espías habitual.

En cuanto a la historia, pareciese que  el guionista Jason Fuchs (Pan, La era de hielo 4) hace referencia a muchas obras del género y ofrece momentos efectivos en la comedia. Incluso hay una cuestión bastante meta al respecto de lo que plantea y que trasciende hacia lo más clavado del género de espías literario, aquel en que sus autores ejercieron el oficio y marcaron una línea entre la realidad y la ficción de sus personas, algo a lo que Conway tendrá que enfrentarse también pero que se descuida en aras de la espectacularidad y el entretenimiento.

Aunque Argylle: Agente secreto dista de ser una gran cinta de espías, si tiene aspectos interesantes como su banda sonora. Desde You’re the First, My Last, My Everything con la estridente voz de Barry White, pasando por Now and Then de The Beatles hasta Run de Snow Patrol, Vaughn hace gala de su melomanía característica, dándole un toque setentero que se resalta aún más con la música original de Lorne Balfe, que da una repasada por aquellas composiciones de cintas de espionaje y les da su toque.

Aunque la acción es destacada, se nota un Vaughn contenido en muchos sentidos, pues aunque hay secuencias muy bien montadas en el filme, si se siente la falta de locura o violencia habitual que maneja el director. Eso sí, los efectos visuales y especiales palidecen por su mala calidad siendo el gato Alfie lo más realista que se puede ver por momentos, quitando el impacto de los fondos de colores (en específico el blanco) en algunas partes importantes.

Conclusión

Argylle: Agente secreto es un relato irregular que oscila entre el gran chiste y la mera anécdota, funcionando como un puente para otra franquicia (quédense a los créditos) y ofreciendo un entretenimiento a secas sin ser lo mejor o lo peor de Vaughn y compañía cuyo principal pecado es el exceso de giros y una historia muy convoluta que impide a algunos disfrutar de la sátira pero que otros encontrarán como un divertimento que ofrece buenos tacos de ojo y, que mejor, un gato carismático en un mundo de agentes secretos donde las identidades están en juego.

Sobre el autor

Ficha técnica

  • Título original: Argylle
  • Dirección: Matthew Vaughn
  • Guion: Jason Fuchs
  • Reparto: Bryce Dallas Howard, Sam Rockwell, Bryan Cranston
  • Duración: 139 min.
  • País: EE.UU., Reino Unido
  • Año: 2024