Ámsterdam – Reseña

Mientras que Disney y Pixar recaen en secuelas que nadie pidió o nuevas versiones de clásicos que no funcionan, Searchlight y 20th Century Studios apuestan mayormente por propuestas distintas, con grandes nombres en el cast y el staff técnico, que buscan abordar temáticas que llaman la atención.

Cómo ejemplo de esto y con vista de llenar el ojo en la próxima temporada de premios llega a salas de cine Ámsterdam, una comedia de misterio que reúne grandes nombres y presenta una idea más que llamativa.

Años 30. Burt (Christian Bale), Valerie (Margot Robbie) y Harold (John David Washington) son tres íntimos amigos que juraron siempre protegerse, sin importar la situación a la que se enfrenten.

Este pacto cobrará especial importancia cuando el trío es testigo de un asesinato, lo que los convierte automáticamente en sospechosos de uno de los complots más escandalosos en la historia de los Estados Unidos.

Con experiencia en películas con grandes nombres como Escándalo Americano, Los Juegos del Destino, Joy o El Peleador, David O. Russell incursiona en el género de thriller apostando por los valores técnicos y un grupo de personajes peculiares pero encantadores, todos ellos con pasados que permiten críticas a circunstancias que muchas veces se pasan por alto.

Las ambiciones de las elites insaciables, la situación de los veteranos de guerra, el racismo, la importancia de la amistad y la valoración propia son temas en los que Russell ahonda con persistencia a través de cada diálogo, de cada entrada de personaje, así como de cada recuerdo. El director acierta al dedicar el tiempo suficiente a la historia de este trío de amigos, de las motivaciones que los hizo unirse y de la importancia que tiene el caso central de la cinta para ellos.

En lo visual, la cinta presenta un estilo sobrio pero bello, aprovechando la Primera Guerra Mundial para mostrarnos una vida europea de ensueño, símbolo de una libertad que no se vislumbraba en Estados Unidos. Así mismo, los vestuarios y maquillaje son de excelente manufactura, haciendo que cada actor se pueda transformar de manera genuina, siendo Burt, quien pierde un ojo, prueba máxima de esta gran labor.

Además, el cineasta utiliza algunos hechos reales para dejar clara su postura antibélica, antifascista y democrática, misma que es el centro por el que orbitan los diálogos. Esto puede ser un arma de doble filo, ya que quienes conecten con la trama pueden recibir con aprecio este mensaje, algo diametralmente opuesto para quienes no se sientan muy animados por este estilo de película, percibiendo esto como un sermón.

Habrá que destacar la fotografía del destacado cinefotógrafo Emmanuel Lubezki. Para esta cinta, el mexicano compone bellas imágenes sin tantos colores pero con presteza para hacer de cada fotograma una postal que vale mucho la pena ver en pantalla grande, mismas que ganan mucho con los temas de Ten Years After o Giveon.

No obstante, es claro que el ritmo de la película es desigual, con momentos de bajón importantes que serán un poco tediosos para quienes no tengan paciencia o no sean muy del gusto de producciones con mucho diálogo. También hay que destacar que Taylor Swift termina por participar poco y demostrando que lo suyo es la música, casi contrario a Christian Bale, Margot Robbie e incluso Rami Malek, haciendo buena mancuerna con Anya Taylor-Joy e incluso se agradece que Robert De Niro salga de sus típicos gestos para darle honorabilidad a su personaje.

Dependiendo de los gustos de cada quien y de que tanto conecte con la cinta, Amsterdam es una ficción histórica que, con sus bellas imágenes y cast de nombres famosos, puede conquistar a un público que busca propuestas diferentes.

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