No hables con extraños – Reseña

Suspenso, incomodidad y tensión

Hace dos años, el cine de terror encontró un relato devastador en Dinamarca por parte del director Christian Tafdrup llamado Gæsterne, o en inglés, Speak No Evil, donde una agradable pareja danesa y su hija conocían a unos holandeses buena onda con su hijo en una amistad que se retorcería de formas incómodas e inesperadas, ofreciendo uno de los desenlaces más crudos de ese año.  El éxito en crítica llevó al productor Jason Blum a comprar los derechos de la misma y darle el proyecto a James Watkins (Eden Lake, 2008; La dama de negro, 2012) para crear una nueva versión en No hables con extraños, tratando de emular el suspenso, incomodidad y tensión lograda por su antecesora.

Contando en su cast con James McAvoy y Mackenzie Davis, esta adaptación tiene ciertos camvios conforme al original que convierten una historia impactante en algo mucho más amable para la audiencia estadounidense, un pecado que, a pesar de todo, no pasa inadvertido pues Watkins y compañía no logran transmitir del todo ese miedo primario al que la original remite y cuestiona de manera dura.

Acá, son los Dalton, Ben (Scoot McNairy), Louise (Davis) y Agnes (Alix West Lefler) los que encaran esta extrañeza por parte de Paddy (McAvoy), su mujer Ciara (Aisling Franciosi) y su hijo medio mudo Ant (Dan Hough), quien parece tener un secreto que busca contarle a los otros. Siguiendo la misma fórmula que la cinta danesa, Watkins trata de desarrollar esos lazos amistosos entre ambos núcleos sociales mientras va escalando la rareza de sus acciones, motivo por el cual la confrontación entre ambas partes resulta inevitable.

Algo que resultaba de maravilla en la versión original era el planteamiento del padre fastidiado por su labor. Ese sentido de prisión que su familia le da es lo que orillaba al grupo original a aceptar un viaje a la campiña con una triada de gente prácticamente desconocida. Aquí, Watkins revierte eso y le da mayor peso a la señora Dalton, Louise, dándole un enfoque diferente a todo lo que va sucediendo, revelando incluso algo que explica cierta indiferencia o frialdad en la relación en su familia.

Otro cambio que no funciona del todo tiene que ver con sus protagonistas. La contención en la actitud del padre antagonista en la original generaba un impacto tremendo. No necesitaba mostrar una cara de loco o explotar radicalmente, solamente mostrarse serio, estoico y dar esas pequeñas explosiones que generaban una tensión creciente. Acá, McAvoy por momentos parece repetir una de las personalidades de Fragmentado (Shyamalan, 2016) y tiene sendos exabruptos que parecen brotes psicótico o hasta involuntariamente graciosos, pecado que acaba por meterle el pie a la cinta que debería crear una incomodidad clave para el acto final, mismo que aquí pierde fuerza por lo mismo. 

Tráiler oficial de No hables con extraños / Universal Pictures México

Ese es uno de los principales conflictos de No hables con extraños. Aún quitándole de encima a su antecesora, Watkins no puede transmitir esa atmósfera sórdida de abandono y rareza necesaria para la tensión del relato, algo que si logra transmitir específicamente en Eden Lake, su ópera prima, donde curiosamente una pareja también tiene que enfrentar una amenaza de unos adolescentes salvajes que buscan desesperadamente joderles sus vacaciones. Aquí, se siente bastante maniqueo todo, no fluye de forma natural y eso no ayuda a crear la angustia de la impredectibilidad de Paddy y compañía. Ni siquiera el darle un enfoque diferente al conflicto funciona del todo para su causa.

Otro pecado es que, tristemente, el trailer revela un giro muy importante de la cinta, además de que lo mostrado en él basicamente cuenta dos terceras partes del filme. Aún con los cambios en el relato que le dan más peso a Louise (Davis) y el desarrollo de otros personajes y acciones que resultan importantes, el mostrar tanto es un factor que también juega en contra. Tal vez es hasta el tercer acto donde la cosa se nivela de mediana manera, pues se desvía por completo de lo funesto para ofrecerle una salida “a lo Blum” al relato, dándole ese toque hollywoodense que se convierte en una cuestión de gato y ratón lleno de conveniencias narrativas que son totalmente opuestas al horror realista de la original.

No hables con extraños trata de ser un cuento con la sonada moraleja de, justamente, desconfiar de aquellos a quienes no conoces por más amistosos que sean. Para aquellos que no saben de la original, la versión de Watkins puede funcionar como un mero entretenimiento con giros convenientes para crear suspenso, algo que logra a medias en su último acto. Pero no deja de ser una versión muy suave de aquel impactante relato en el que no sólo la moraleja resonaba, sino un poderoso mensaje acerca de la paternidad y lo que somos capaces de permitir con tal de salir de nuestras prisiones sociales y lo que puede costarnos, algo que aquí no se toca en absoluto.

Conclusión

Y así, esta versión de Blum y Watkins podrá ofrecer una experiencia emocionante para algunos o de risa absurda para otros, cumpliendo con los habituales clichés de la industria hollywoodense pero jamás adquiere el ritmo ni el impacto que la danesa si logra. Tristemente, este remake pierde su fuerza ante el temor de lo brutal que es la anterior versión, lo cual probablemente hará que estos extraños paguen el precio con el público. Con un final predecible y derivativo, No hables con extraños pudo ser una apuesta arriesgada pero se conforma con irse por la fórmula segura de buenos contra malos, en un relato palomero que podrá entretener pero no será ni impactante ni memorable como si lo es la cinta danesa. 

Sobre el autor

Ficha técnica

  • Título original: Speak No Evil
  • Dirección: James Watkins
  • Guion: Christian Tafdrup, Mads Tafdrup
  • Reparto: James McAvoy, Mackenzie Davis, Scoot McNairy
  • Duración: 110 min.
  • País: EE.UU.
  • Año: 2024