Muerte en el Nilo – Reseña

Misterio sin riesgo ni lucimiento

La tradición de llevar los relatos policiacos de autores como Arthur Conan Doyle o Agatha Christie a la pantalla grande continúa latente, a la vez que genera interés debido a la gran inversión en talento, publicidad y designación de directores respetados.

Para 2022, a 44 años de su primera adaptación, Muerte en el Nilo regresa a la palestra de la mano de Kenneth Branagh, un elenco coral llamativo y respaldo financiero de un gigante de la industria, buscando sumarse a la lista de clásicos del género pero que no deslumbra por algunos pecados que parecen lejanos a dejar de repetirse.

El detective Hercule Poirot investiga el asesinato de una rica y joven heredera a bordo del mismo crucero por el río Nilo en el que pasa las vacaciones Poirot.

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Después de una agridulce versión cinematográfica de Asesinato en el expreso de oriente (2017) Branagh retorna a la obra de Christie con algo de entusiasmo en su interpretación como Poirot, mismo que no se traduce en su labor como director. Para esta cinta, el cineasta presenta el interesante origen de Hercule que sin duda representa la mejor secuencia de la cinta, la cual combina tensión, drama y tragedia con calidad.

Sin embargo, este principio prometedor decae a un relato que no encuentra el punto de impacto ni construye sólidamente los momentos para dar lugar a giros que son el alma de los relatos de la mítica autora.

La narración se ve afectada por una apuesta central en los nombres famosos que integran el elenco, mismo que padece una desangelada dirección, rescatando la labor de Gal Gadot, Letitia Wright y Tom Bateman, quienes logran sacar adelante este proyecto.

La música es efectiva a secas y la parte visual adolece un CGI deficiente, dejando esa deuda de utilizar locaciones reales que pudieron hacer lucir un buen diseño de producción así como de un vestuario que aunque no brilla sí que funciona.

Conclusión

Mucho potencial sin explotar, misterio poco atractivo y una dirección que parece hecha por encargo, Muerte en el Nilo de Kenneth Branagh no hace justicia a la novela homónima de Agatha Christie y queda como una confirmación más de que mucho de lo hecho antes resulta superior.

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