La cereza del pastel de una trilogía bastante diversa
No cabe duda de que Ti West ha entregado propuestas interesantes, puliéndose poco a poco dentro del género del terror y convirtiéndose en uno de los realizadores con propuestas atractivas. Basta checar su aporte en antologías como V/H/S (2012) o The ABC’s of Death (2012), donde comparte esa pasión por el terror con otras mentes creativas retorcidas, así como lo hecho por él mismo con largometrajes como la tétrica The Inkeepers (2011) o el found footage y los cultos extremos en El sacramento (2013), así como sus pequeñas intervenciones en shows como Scream (2015), El exorcista (2017) o Them (2021).
Pero en los últimos años, West encontró una colaboradora y casi musa en la actriz Mia Goth, con quien creó su proyecto más ambicioso a la fecha: una trilogía que hablara sobre los peligros de la fama, las obsesiones que matan y la locura. Todo comenzó con X (2022), un sentido homenaje al cine setentero porno y slasher, seguido de una precuela, Pearl (2022), donde viajábamos al retorcido pasado de una de las protagonistas en un estudio íntimo sobre la psique de un personaje que buscaba lograr la fama a como diera lugar. En ambas, Goth encarnaba a aquella dama perturbada por diferentes razones que buscaba llegar a la cima del éxito sin importar las consecuencias.
Con Maxxxine, volvemos a la línea original, viajando seis años depsués de que la joven actriz busca dejar su exitoso pasado del cine porno para tratar de convertirse en una actriz seria, esto a través de un papel en una cinta de terror. Pero el pasado de Maxine (Goth) llegará a alcanzarla y no la dejará en paz, todo mientras los pasos de un asesino en serie conocido como el “Acosador Nocturno” se acercan lentamente a ella. ¿Será que la popular pero alocada mujer se podrá salvar de las garras de este psicópata o será el momento de que la fama le haga pagar lo que debe?
West ahora explota otra década de forma brillante: los ochenta. Desde el diseño de producción, Maxxxine transmite una enloquecida vibra que nos mete de lleno a esos tiempos. Los chillones colores neon de los anuncios en las calles, los vestuarios extravagantes y las melenas largas, así como esa música con sintetizadores y los grandes homenajes a los thrillers psicológicos de ese entonces, especialmente a Vestida para matar (De Palma, 1980), donde algunas de las tomas y vestuarios son un referente directo a la misma, mezclado con las últimas cintas del giallo italiano en decadencia.
Ni qué decir de la explotación de dos de los ejes base de la política estadounidense en 1985 como lo era la guerra contra las drogas y el pánico satánico, mismos que alimentaban los miedos y la paranoia de una sociedad que aspiraba a ser grande otra vez con la ideología «Reaganista» por detrás. Esto, aderezado del uso indirecto de Richard Ramirez como la amenaza detrás de una actriz empoderada funciona como el perfecto caldo de cultivo para el gore y la tensión que provocará una catarsis en Maxine, que no piensa dejar escapar una sola oportunidad para lograr la vida que ella cree merecer: la de una estrella de cine.
Mia Goth sigue probando su valía como una de las actrices más relevantes de su generación. No basta lo hecho por ella en este tríptico al lado de West, donde bien ha sido la indefensa aspirante a estrella convertida en el feroz animal capaz de matar si es necesario, hasta la endeble criatura que busca como salida la aspiración de cumplir su sueño americano aunque esto la lleve a la locura. Aquí, su Maxine resalta un empoderamiento femenino destacado, donde la duda ha quedado de lado (aparentemente) para reclamar la corona que ella cree merecer desde pequeña. Pero incluso en su quiebre mental durante la búsqueda del estrellato, consigue transmitir el dolor y la ira que la han llevado hasta Hollywood, creando una gran dualidad donde lo vulnerable y lo terrible conviven en uno solo.
Cabe destacar la presencia de muchas actrices que se roban el foco aunque sea por un momento, destacando el casi cameo de Lily Collins como una aspirante a scream queen, Halsey como la actriz porno con aspiraciones de estrella, o Elizabeth Debicki como la figura de una directora que, similar a Maxine, esta dispuesta a todo para retar el status quo de una industria dominada por hombres, especialmente en el terror de los 80. Pero es la peculiar aparición de Kevin Bacon con todo y su look de detective setentero vicioso y acabado quien brilla en sus pequeños instantes en cámara, siendo uno de los factores que le hacen imposible la existencia a la protagonista.
Otro aspecto destacado de Maxxxine recae en la banda sonora. No sólo es la cuestión de West al sacarle provecho a rolas de Laura Brannigan, ZZ Top, Animotion, Judas Priest o el icónico clásico Bette Davis Eyes de Kim Carnes, sino en la composición original de Tyler Bates, músico y productor que no es ajeno a las cintas de terror y que ha acompañado en toda esta trilogía a West, mostrando una diversidad interesante en la misma, acá usando los sintetizadores y algunos riffs de guitarra que acompañan de buena manera el viaje que nuestra peligrosa protagonista encara hasta su salvaje final.
Conclusión
Coqueteando también entre el erotismo y la violencia y añadiéndole un climax tan de locura que para algunos podrá rayar en el absurdo, Maxxxine es la cereza del pastel de una trilogía bastante diversa. Con el manejo adecuado de humor negro y la gran moraleja que rodea esta trilogía alrededor de aquella cita de Bette Davis con la que el filme abre, “En este negocio, hasta que no te conocen como un monstruo, no eres una estrella”, Ti West entrega una de las mejores cintas de su filmografía gracias a una actriz como Mia Goth y un relato que se atreve a criticar a la sociedad norteamericana para mostrar las falsas pretensiones detrás de lo que es un sueño americano podrido y la cara monstruosa del éxito.
Sobre el autor
Ficha técnica
- Dirección: Ti West
- Guion: Ti West
- Reparto: Mia Goth, Kevin Bacon, Elizabeth Debicki
- Duración: 104 min.
- País: EE.UU.
- Año: 2024