Los Fabelman – Reseña

Steven Spielberg siempre ha sido uno de los directores más interesantes que hay en Hollywood. El padrino de los blockbusters gracias a su aplaudida Tiburón (1975), se ha distinguido por su manera de contar historias a través de las imágenes, capturando momentos tanto duros como tiernos, capaz de lograr instantes emblemáticos sin temor a entrarle a cualquier género.

El ahora nominado a nueve premios de la Academia regresa con una historia muy personal con Los Fabelman, donde el realizador abre las puertas a su mundo, su vida y aquellos años de formación de un joven soñador a través del joven llamado Sammy (Gabriel Labelle), que después de ver El espectáculo más grande del mundo de Cecil B. DeMille, encontró en el séptimo arte la manera de expresar sus sentimientos, sus miedos y pasiones.

El relato, escrito por el mismo Spielberg y Tony Kushner, plantea el conflicto creado en este chico y su creciente pasión por el séptimo arte sin caer en la pretensión de volverse una ‘carta de amor al cine’, pues aunque ese elemento se percibe de manera intrínseca, es el dilema familiar que lo rodea, específicamente la relación con su siempre pragmático padre, Burt (Paul Dano) y su madre de vena alegremente artística, Mitzi (Michelle Williams).

Ese choque entre ambas visiones y la posterior revelación de un hecho por demás significativo en la vida real de Spielberg, son los que determinan el drama interesante de Los Fabelman no sólo como una catarsis para el galardonado director sino como la poderosa reflexión acerca del poder del cine como un escape creativo donde los problemas de cada uno se convierten en nada ante la magia de más imágenes reflejadas a través de un proyector, mismas que pueden convertir la cruda realidad en una maravillosa fantasía.

El contexto para esta historia de una familia judía de clase media también juega un papel importante, pues los Fabelman viven en una constante transición debido al trabajo del padre. Asimismo, es una época de cambios históricos así como artísticos donde esta semibiografía alcanza aspectos interesantes que cuestionan la responsabilidad, el talento, el amor, la familia a través de un filtro como lo es la cámara, aquella capaz de capturarlo todo y transformarlo a su conveniencia, incluso lo más trágico o cruel.

Explota entonces también ese factor de la familia norteamericana perfecta, aquella que vivía su apogeo en esos tiempos de posguerra, pero Steven no duda en desgranarla no sólo para mostrar las flaquezas detrás de esa imagen sino para acercarse como nunca a sus padres a través del cine, especialmente con su mamá, quien siempre fue fuente de inspiración y apoyo ante los sueños del joven realizador aunque eso le costara sacrificar parte de su felicidad.

A través de esas diferencias, el guion también plantea ese confrontamiento entre la creatividad y el pragmatismo, mismas que no congenian y terminan por ser la disyuntiva a la que Sammy se encara hasta la aparición de un tío (un memorable Judd Hirsch) que se roba la escena y le plantea el destino de cualquier artista dedicado a su oficio. Es así que la cinta recuerde a interesantes puentes entre la visión del realizador y la de su personaje de ficción basado en su vida personal.

Los Fabelman, apellido que curiosamente genera un juego de palabras en inglés que se definiría como ‘hombre fábula’, apodo que le quedaría perfecto a Spielberg, también está rodeada de elementos interesantes como la composición de su eterna mancuerna musical, John Williams, así como la fotografía de Janusz Kaminski y el diseño de producción de Rick Carter, todos ellos constantes colaboradores del realizador que le dan un toque familiar a la cinta, sumando el talento de Karen O Hará a esta lista.

Ni que hablar de las actuaciones, pues Paul Dano da vida a Burt como un padre serio, práctico que no ve futuro en el arte creativo de su hijo. Por otra lado, Michelle Williams brilla y demuestra su talento no sólo al parecerse físicamente a la madre de Spielberg en la vida real, sino que pasa por un arco emocional tremendo al lado de Sammy, su hijo, que resulta determinar para el futuro del muchacho. La grata sorpresa recae en LaBelle, quien captura los años mozos del prolífico director ni a través de su genio sino de su humanidad.

Trailer oficial de Los Fabelman / Universal Pictures México

Conclusión

Los Fabelman se convierte en una propuesta que demuestra a los que dudaban del talento de Spielberg como narrador de historias, en un testimonio que ratifica que el realizador ha entrado en una etapa en la que la autoreflexión, la madurez y su evolución como persona, le permiten entrar en temas que antes estaban presentes de otra forma, plasmando en esta ocasión un poema no al cine, sino a su madre y su padre, aquellos que se convierten en pilares para la pasión de este cineasta.

Para aquellos más clavados en el cine de Spielberg, podrán detectar los guiños a su carrera, regalando al espectador un final tan poético como inspirador en un filme que se complementa de manera perfecta con el documental en HBO Max acerca de su vida, Spielberg (2017), de Susan Lacy, dejando en claro que hay quienes conservan ese genio y figura hasta la sepultura. Y qué mejor que lo compartan a través del poder de la imagen en movimiento.

Sobre el autor

Ficha Técnica

  • Título original: The Fabelmans
  • Dirección: Steven Spielberg
  • Guion: Steven Spielberg, Tony Kushner
  • Reparto: Michelle Williams, Gabriel LaBelle, Paul Dano
  • Duración: 151 min.
  • País: EUA
  • Año: 2022