Los disidentes

The unorthodox te hace pasar por todas las emociones, con un ritmo, fotografía y guión perfectos

Es 1983 en Bnei Vrak Israel, Yakoov Cohen está cansado de ser un segregado en su ciudad y un día tiene la idea de crear un partido ortodoxo independiente para exigir sus derechos como Sefaradí. En el proceso conoce gente, tiene problemas con el otro partido. Él deberá aprender a ganarse al pueblo mediante la alianza con los rabinos de toda la ciudad para poder crear el partido e intentar ganar en las votaciones.

La premisa es interesante y no hay ni un solo personaje sobrante. Están los necesarios y perfectamente creados, el espectador se puede sentir identificado con todos en algún punto de la película y desde que los presentan ya conocemos su carácter, sus acciones y lo que dicen corresponden con su personalidad. Las actuaciones bien ejecutadas y no hay nada que no se entienda en este rango.

La manera de manejar la historia es una combinación de película de género y de culto, dentro de ella hay fotos en estilo documental. Tiene toques de misterio, acción y hasta hay un pequeño número musical de los Bee Gees dentro de la tragicomedia que es esta historia.

Ahora hablando de que es una película demasiado religiosa. Le aplaudo que aunque yo no soy judía me explicaron muy bien lo básico (y un poco más) para poder entender por lo que pasaban los personajes y por qué era tan complicado el éxito en su campaña política. Aprendí bastante de las costumbres y creencias judías, las referencias a la Biblia que hacen juntando lo que pasa es muy acertado. 

En 90 minutos “Los disidentes” te hace pasar por todas las emociones, con un ritmo, fotografía y guión perfectos. Que si estás cansado de ver las mismas historias de siempre, ésta película es la ideal para tener una reflexión sobre la vida y al mismo tiempo disfrutar de algo bien hecho y reírte con los toques de comedia que tiene.

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