Intensamente 2 – Reseña

Un tratado de psicología

En el 2015, Pixar pasaba por el comienzo de la secuelitis aguda. Y es que las continuaciones de sus historias originales como Toy Story 3 (2010), Cars 2 (2011) y Monsters University (2013) comenzaban a robarse la escena del estudio. Pero fue gracias a Pete Docter, realizador detrás de Up y Monsters Inc., llegaba con una historia acerca de la importancia de las emociones con Intensamente, donde el quinteto de Tristeza, Alegría, Desagrado, Furia y Temor nos mostraba lo que sucedía dentro de la cabeza de una niña, Riley, creando un relato familiar pero sobre todo infantil que la llevaría a ganar el Óscar. 

Nueve años después y con sendos tropezones en taquilla, Pixar vuelve a apostar por la química entre estas emociones, añadiéndole una capa mucho más interesante que le da una complejidad mucho más interesante a Intensamente 2, pues la amenaza de la pubertad se hace por fin presente en la vida de Riley, algo que a Alegría y compañía le causará un impacto duro de asimilar pues esta nueva etapa conlleva la presencia de otros compañeros de “habitación”, empezando por Ansiedad, que junto a Envidia, Vergüenza y Ennui (en perfecto francés), crearán un caos en busca de tener le mejor futuro para la jovencita.

Dirigida por Kelsey Mann, su ópera prima en animación después de supervisar historias como Unidos (2020) y Un buen dinosaurio (2015), ofrece una ampliación del universo ya conocido de las emociones, trastocándolo con la aparición de la adolescencia y, sobre todo, la ansiedad. Es a partir de esos cambios que la cinta ofrece un viaje que puede seguir la misma estructura narrativa de su predecesora pero no deja de sentirse original, algo que las secuelas de Pixar adolecen en su mayoría.

Hablando estrictamente del aspecto técnico, Mann y su equipo creativo hacen maravillas con las texturas de los personajes que ya conocemos, dándole vida a su piel, su cabello y todo aspecto que involucra su diseño. Esto también lo implementa en las nuevas emociones, usando nuevamente colores vivos como el naranja para encarnar a Ansiedad, quien también utiliza un peinado alocado que corresponde de buena forma a la actitud del personaje. Lo mismo sucede con Ennui, o Aburrimiento, una emoción azul con actitud indiferente y hasta sarcástica o con la pequeña Envidia y el contraste con el grandulón de Vergüenza, un gigante adorable rosado con jeans y sudadera siempre puesta.

Pero no sólo es el detalle en cada personaje lo que resalta, también en los lugares conocidos de la mente de Riley además de los guiños a otras mentes que ofrece un espectro más amplio de todo. Ni qué decir del diseño del árbol de la identidad de la protagonista, un elemento fundamental alrededor del que sucederán muchas cosas en el transcurso de un fin de semana en la vida de la joven amante del hockey. 

Es aquí donde el relato adquiere una relevancia interesante al hablar de la salud mental, no sólo en los jóvenes de ahora, una generación que está más abierta a abrirse a la conversación sobre sus sentimientos, sino a aquella generación cómicamente representada por la Nostalgia por momentos, aquellos que hemos sido presa de los ataques de ansiedad tomando el control de nuestras vidas sin saber cómo enfrentarlo. Bajo una trama por demás interesante, Intensamente 2 nos da una terapia familiar que nos muestra la importancia de no dejarnos llevar por una sola emoción, resonando con lo visto anteriormente en la primera entrega. 

Asimismo, la historia plantea la cuestión de la creación de la identidad que cada uno va forjando y cómo las relaciones que se tienen así como las bases sociales son fundamentales para el sustento de la misma. En algún momento, Riley tiene un cimiento creado por los valores y memorias que ha creado, pero el mismo se ve sacudido con la llegada de estas cuestiones adolescentes sobre la aprobación y la necesidad de pertenencia, algo que también toca la cinta y que alimenta la rivalidad entre la “antagonista, Ansiedad, y la siempre positiva Alegría, situación que alimenta el choque entre ambas emociones pero también deja una bella moraleja final.

Es así que Intensamente 2 se convierte en un tratado de psicología por demás interesante que nos muestra la importancia de disfrutar la vida, de no dejarnos llevar sólo por la alegría, la tristeza o la ansiedad misma, sino de encontrar un bello balance entre disfrutar el momento presente y no dejarnos llevar por el miedo al futuro, pero sobre todo, es un gran recordatorio de cómo debemos ser fieles a nosotros mismos, una disyuntiva que permea no sólo la dura adolescencia sino en nuestras vidas constantemente, planteando cuestiones mucho más maduras que la anterior historia que conectan duro con los adultos y proponen reflexión en los jóvenes. 

Conclusión

La secuela de Kelsey Mann, irradia cierta originalidad y algunas líneas o secuencias hilarantes pero sin desapegarse de su origen, creando una fábula mucho más madura sobre crecer y cómo no dejamos de hacerlo, al menos emocionalmente, nunca en la vida. En medio de un punto en donde la sociedad se basa en los juicios y la aprobación de la imagen o la desesperada idea de pertenecer a algo, esta cinta nos recuerda no sólo lo bello de abrazar todo lo que uno siente, sino también esos bellos momentos creativos de Pixar que le dieron la personalidad a su estudio, así como ahora Alegría y compañía buscan hacer lo mismo con Riley. 

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