La vida como juego de azar
El guionista y realizador Paul Schrader está de vuelta después de su provocadora y compleja cinta El Reverendo (2017), en la que un pastor comienza a tener ideas muy radicales en medio de una crisis de fe donde el humor negro y el drama espiritual con tintes se hacen presentes en una obra muy mordaz. Ahora, el cineasta estadounidense entra de lleno al mundo de las apuestas con El Contador de Cartas, donde estos juegos de azar y apuestas sirven como marco para una metáfora más profunda acerca de la vida misma.
Aquí, Schrader deja la fuerza narrativa de su historia en Oscar Isaac, que interpreta a William Tell, un ex convicto veterano de guerra que aprende a contar cartas y jugar a la segura, haciendo su forma de sobrevivir el apostar con medida y no llamar la atención. Sin embargo, parece que su pasado regresa para alcanzarlo en la forma de un joven (Tye Sheridan) que busca vengarse de un ex militar que tuvo que ver con la historia de este jugador en el pasado. Ante ello, el ex militar decide ayudar al muchacho en busca de una especie de redención y conciliación con esos fantasmas de su vida anterior.
Producida por su viejo amigo, Martin Scorsese, a quien le escribió el guion de Taxi Driver en los 70s, Schrader parece regresar a uno de esos temas tan recurrentes en sus historias: la masculinidad y desolación del alma de un ser humano que tiene muchos pecados detrás y cómo esto lo afecta directamente en su vida. Curiosamente, el enfoque tiene ecos de lo que fue esa cinta de Scorsese, pero en lugar de aquellas situaciones desconocidas que dejaron marcado a Travis Bickle, aquí se nos presenta a este jugador en busca de un acto de redención que también ronda entre el oscuro y peligroso mundo de las apuestas.
Una de las grandes virtudes que tiene Schrader es el trabajo con sus actores. Como lo hizo con Ethan Hawke en El Reverendo, aquí Oscar Isaac da un papel bastante atractivo que dentro de su aparente pasividad oculta un animal, una fiera interna que no sabe cómo sobrevivir fuera de lo que le enseñaron en la milicia. Su forma de huir del escrutinio y la atención, esos silencios en su forma y las manías personales que tiene lo llevan a ser un personaje tan misterioso como una partida en un juego de póker. Es su interacción con los demás lo que nos va mostrando retazos de su ‘mano’, de todo aquello que ronda detrás de esta vida de juego y que poco a poco va regresando para morderlo.
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La disciplina de Will es algo que nos mantiene a raya, misma que es fundamental para ganar en las cartas. Ya sea blackjack, Texas Hold’em o poker, la paradoja entre las diversas partidas y su misión de nunca llamar la atención se emparejan con este duro pasado que parece a veces lo hace perder su propia calma, buscando una constante razón para seguir adelante sin tener que ganar mucho… o perder.
Si bien la cinta es acerca de poker y las vueltas que da el azar, El Contador de Cartas encuentra esa mayor profundidad en ese lado humano latente de Will por querer enmendar no sólo su camino sino el de Cirk e incluso darse la oportunidad de sentir algo más en su vida. Pero como todo juego de azar, las manos cambian y la suerte de una partida ganadora puede cambiar de un instante a otro de formas brutales.
Es ahí donde reside ese encanto del relato, en esa mezcla entre la vida como un juego de cartas, donde apuestas fuerte y puedes ganar o perder en grande o simplemente puedes irte para seguir otro día. Y que decir de esa subtrama que involucra al pasado de Tell y las injustas torturas a prisioneros militares, una clave importante para entender la psicología de Will. Así, vemos ese enfrentamiento entre aquel pasado que está ahí latente pero busca callar diariamente o escribirlo en su pequeño diario en su habitación solitaria, todo eso ante una cara que no nos revela su partida hasta el final, donde el azar importa poco ante las consecuencias de la vida real.
Conclusión
Schrader nos entrega un filme donde las apuestas son altas, los demonios personales son feroces y la eterna búsqueda de una redención elusiva llega a las manos de Will y Cirk pero que, como en la vida y el poker, no depende sólo de una persona, sino de todo lo que lo rodea. Y es 1ue a veces la vida no es más que un juego de azar lleno de recovecos y complejidades, de pasados quebrados y presentes inciertos y de individuos, como Tell, que sólo buscan seguir adelante y evitar que tengan una mano perdedora que los lleve por un camino equivocado.
Sobre el autor
Ficha Técnica
- Título original: The Card Counter
- Dirección: Paul Schrader
- Guion: Paul Schrader
- Reparto: Oscar Isaac, Tiffany Haddish, Tye Sheridan
- Duración: 111 min.
- País: Estados Unidos
- Año: 2021