Cordero – Reseña

Una extraña, perturbadora y fascinante fábula

Fórmulas que se repiten, películas que parecen ensambladas en una fábrica, la industria cinematográfica y audiovisual enfoca su mayor esfuerzo en producciones que entretengan pero que quizá no posean mucho contenido.

Entre el océano de mega producciones, el estudio A24 se planta como una de las casas creativas que ofrecen un catálogo de propuestas diversas y extrañas pero atractivas que al público han gustado en mayor medida, tales como Diamantes en Bruto, Midsommar, A Ghost Story o The Lighthouse, por mencionar algunas.

Para 2021, en plena época navideña y con las premiaciones más importantes a la vuelta de la esquina, la también distribuidora llega a las salas de cine con Cordero, una extraña cinta que dividirá opiniones por su temática cocida a fuego lento pero que dejará huella por su gran atmósfera generada.

Una pareja sin hijos, vive recluída con su rebaño de ovejas en una granja en Islandia. Cuando descubren a un misterioso bebé recién nacido, deciden criarlo como si fuera su hijo.

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Tras una carrera destacada en el departamento de efectos especiales en títulos tales como La Guerra del Mañana o Rogue One, Vladimar Jóhannsson debuta en largometraje con esta película en la que se aleja un tanto de la pirotecnia del departamento donde más se ha desarrollado para confeccionar un relato que apuesta más por la belleza visual basada tanto en paisajes impresionantes como en la mística de la vida campirana, en la que traduce el magnetismo de la cría de ovejas y amalgama estos aspectos a una historia llena de tragedia, esperanza, así como de una fantasía oscura que justifica todas las peculiaridades de la cinta.

Jóhannson lleva lo anterior a través de una contemplación que puede apabullar a algunos espectadores. Cada detalle resulta imprescindible para poder captar todas las aristas, entender mejor lo que hay detrás de lo bizarro (en el sentido anglosajón), siendo está la razón para la contemplación reiterada y una ausencia de explicación clara que genera la curiosidad suficiente para que el público se quede hasta el final.

La música minimalista encaja perfectamente con el tono y fotografía de la cinta. A través de las partituras de Þórarinn Guðnason, quien participó en el departamento musical de Joker, imprime esa misma línea con unas cuerdas calmas que llegan a dar profundidad al gran nivel estético de lo visual, generando a su vez tensión antes del clímax que sin duda impacta.

Las actuaciones son sólidas y destacadas. Tanto Hilmir Snær Guðnason, en el papel de Ingvar, como la talentosa Noomi Rapace, que interpreta a Maria, logran transmitir ese cambio de sentimientos que se genera con la llegada de Ada. En esa línea, Björn Hlynur Haraldsson, a través de su personaje Petur (hermano de Ingvar), ofrece una mirada distinta a la llegada de su sobrina misma que traslada de manera contundente a la audiencia.

A todas estas virtudes se le deberán contrarrestar el ya mencionado ritmo lento, la acumulación de silencios y una notable ausencia de explicación que puede evitar que varias personas conecten con toda la cinta.

Conclusión

Cordero es una experiencia cinematográfica peculiar que es menester ver en pantalla grande para poder apreciar su gran valor técnico y engancharse con todas las peculiaridades que posee. Si bien, su lenta cocción, así como su poca claridad en algunos simbolismos pueda alejar al público, lo cierto es que funciona como una bocanada de aire fresco en la oferta llena de grandes producciones, confirmando que A24 es una opción ideal para quienes quieren desafiar su paladar cinéfilo.

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