Una amenaza no latente
Hay un sub género dentro del terror y suspenso que suele ser muy recurrido. Esos son los thrillers de supervivencia, cintas que suelen velar sus cartas de manera bastante clara desde un inicio y no logran ser sorprendentes muchas de las ocasiones. Y es que relativamente es muy sencillo: tenemos a una persona que se mete en apuros y es perseguido por uno o más individuos que buscarán quitarlo del camino generando un efecto de gato y el ratón para saber las formas en que el protagonista puede escapar del peligro latente que sus enemigos buscan causarle.
A veces, el cambio en la fórmula se da en el lugar donde ocurre esta persecución. De repente, puede ser una cueva abandonada, un lugar recóndito y solitario o, como es el caso de este filme, una montaña peligrosa que no cualquiera puede escalar, dándole un plus que, de ser bien ejecutado, puede causar buenos momentos de tensión o simplemente un rato de entretenimiento puro. Pero a veces, las escaladas cinematográficas no son tan sencillas
Tal es el caso de Al Filo del Abismo, de Howard J. Ford, que entrega una muy irregular cinta en la que la fórmula simple del sub género peca de falta de profundidad y, por ende, de una simpleza tan absurda en su guion que termina por caerse al abismo de aquellos filmes que buscaban provocar miedo o tensión pero no lo logran, haciendo que su protagonista pase a un plano secundario y la amenaza no se sienta latente.
A pesar de tener las piezas de la fórmula habitual con ese pequeño giro del humano contra la naturaleza, el realizador no logra meter a la audiencia de lleno al relato de Kelly (Brittany Ashworth), una joven que decide emprender un viaje a las montañas con su mejor amiga para escalar y tratar de superar ciertos fantasmas del pasado pero que se encuentra con unos ricos blancos y poderosos que creen poder hacer lo que les plazca, especialmente su líder, Josh (Ben Lamb), un tipo con tintes psicópatas que nunca entendemos porqué no lo paran ni sus amigos.
Después de ser testigo del asesinato de su acompañante, Kelly recurre a la montaña y su habilidad para escalar y así huir de este grupo sin saber que caerá en una trampa donde intentará no ser la víctima y salir bien librada no sólo de la persecución sin cuartel, sino de la naturaleza misma.
Tristemente, la premisa suena mucho mejor que el desarrollo de todo el filme pues nunca decide desarrollar a ningún personaje, ni siquiera a la protagonista. Basta poner unos breves flashbacks de su tormentoso pasado para dar a entender los porqués de su actitud. Ni que decir de los villanos, que dejan líneas argumentales abiertas que incluso podrían haberse manejado de mejor forma de no ser porque realmente no le interesa a Ford hacerlo.
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Esto no ayuda nada a la creación de una atmósfera tensa, sino todo lo contrario, pues aunque trata de explotar el vértigo de la escalada a solas y sin protección necesaria, las alturas temerosas y los retos que la madre naturaleza les pone, todo se siente excesivamente burdo, como una pequeña anécdota que uno va alargando innecesariamente hasta llegar al predecible final.
Tampoco es que esto sea de extrañar pues basta checar la filmografía del director para ver que la acción irregular suele ser su constante. Aquí, las alturas y los riesgos de una escalada bajo presión con miles de obstáculos no le bastan para involucrarnos del todo en el relato de supervivencia, mismo que se va diluyendo hasta volverse algo anecdotario o hasta intrascendente.
El relato resulta mucho más interesante cuando se enfoca en el cuarteto de ricachones, presentándonos al arrogante Ben Lamb como un villano arrogante que se dedica a intimidar a sus ‘mejores amigos’ para conseguir lo que quiere a cómo dé lugar, generando una tensión en las diferentes posturas de este peculiar grupo, convirtiéndose en una subtrama que le roba escena a la guía principal del thriller: la lucha de Kelly y su aparente búsqueda por salvar su vida.
A pesar de sendos fallos, no todo es tan malo en Al Filo del Abismo pues hay momentos destacados gracias a la cámara de Vladimir Ilic, cinematógrafo que sabe captar grandes panorámicas de paisajes y abismos que pueden causar cierto vértigo por momentos pero que inevitablemente se rompen por la falta de consistencia en el guion que va dando tumbos como si no pudiera llegar jamás a la cima.
Brittany Ashworth da todo lo que puede para hacer este papel de la presa humana algo interesante, pero de nuevo, lo predecible del relato y el mal uso de los efectos especiales pasa generar momentos interesantes o de peligro no le ayudan en nada. Mientras, Ben Lamb es quien tiene mejores guiños a una locura que va aumentando conforme va avanzando la escalada al grado de caer en lo ilógico no sólo de su parte, sino de sus compañeros que son bastante torpes para no percatarse de esa demencia inherente que lo consume y transforma en un monstruo, por lo que resulta muy estúpido que nadie de ellos se atreva a ponerle un alto a sus actitudes que van de lo tóxico a lo salvaje.
Conclusión
Al Filo del Abismo se convierte en un filme con muchas oportunidades perdidas dando como resultado un thriller irregular que definitivamente no aguantaría ninguna escalada, dando como producto final una historia que funciona como anécdota sobreexplotada con tintes de un filme serie b cuya premisa se vuelve redundante en una extraña mezcla entre 127 Horas (Boyle, 2010) y Venganza del Más Allá (Fargeat, 2017), cayendo en clichés del genero que le quitan la emoción a la persecución cuyo pecado principal es la poca imaginación para explotar de buena forma la fórmula probada.
Sobre el autor
Ficha Técnica
- Titulo original: The Ledge
- Dirección: Howard J. Ford
- Guion: Tom Boyle
- Reparto: Brittany Ashworth, Ben Lamb, Louis Boyer
- Duración: 86 min.
- País: Reino Unido
- Año: 2022