Transformers: El despertar de las bestias – Reseña

Un aire de la caricatura original que se siente por todos lados

La década de los 80 fue gloriosa para las caricaturas. Entre héroes de acción creados con el afán de vender muñecos (He-Man y los amos del universo) hasta grupos de héroes intergalácticos con enseñanzas astronómicas (Halcones galácticos) e incluso fieros guerreros en busca de un nuevo hogar siguiendo los augurios de una espada y su líder (Thundercats), las propuestas eran vastas. Pero existió una franquicia que, aunque explotó en Estados Unidos, sus primeros indicios fueron en Japón en 1982.

Tras una vivaz jugada de Hasbro en en Tokio Toy Show de 1983, que identificó en los Car Robots de Takara Toys un potencial tremendo, la compañía estadounidense lanzó a los Transformers, unos robots alienígenas que libraron durante siglos una guerra en su planeta de origen, Cybertron, divididos en dos bandos: los heroicos Autobots y los malvados Decepticons, que al llegar a la Tierra se convirtieron en vehículos terrestres para pasar desapercibidos.

Esa primera generación ha inspirado las cintas de live action de Paramount, logrando prolongar la serie hasta seis, siendo Transformers: El despertar de las bestias, la séptima en su haber, pero segunda en esta reinvención de los androides que siempre son más de lo que vemos. A partir de Bumblebee (Knight, 2018), los Autobots han recibido un nuevo aire borrando todo rasgo de la desastrosa huella que dejó Michael Bay (salvo por la primera) en su paso con la saga. Ahora se siente ese aire de la caricatura original por todos lados.

Toca continuar con ese buen ritmo a Steven Caple Jr. (Creed II: Defendiendo el legado, 2018) que se anima a dar un brinco en la saga de 1988 hasta 1994, cambiando la estética y la música para ambientar de buena forma el regreso de los Autobots a la pantalla grande. Esta vez, la amenaza es uno de los más grandes villanos de la franquicia, ni más ni menos que Unicron, el devorador de planetas, que encuentra en la Tierra su próximo destino para terminar con toda la vida en ella. Para ello, su fiel súbdito Scourge (Peter Dinklage) buscará en este planeta una pieza que permite que este ente maligno viaje entre dimensiones y pueda finalizar esa maligna misión.

Pero la búsqueda no será tan sencilla pues Scourge y sus Terrorcons tendrán no sólo que vérselas con Optimus Prime y su equipo de Autobots, sino con nuevos aliados de otro planeta conocidos como los Maximals, liderados por Optimus Primal (Ron Perlman). Asimismo, los robots tendrán que forjar una alianza con dos humanos que pueden ayudarlos a completar el salvamento de la Tierra, Noah Díaz (Anthony Ramos), ex soldado en busca de mejores oportunidades y Elena (Dominique Fishback), brillante antropóloga que ve sus triunfos e inteligencia subestimados constantemente.

Efectivamente, la trama es bastante simple y tiene reminiscencias no sólo a las más recientes cintas animadas lanzadas por Netflix, sino a ese largometraje animado de 1986, Transformers: La película. Sin embargo, el guion de esta nueva aventura es capaz de añadir, dentro de su simpleza argumental, a una raza muy esperada por los fans, los Maximals, que aparecieron en este gran universo en 1996 gracias a la serie Beast Wars. Destaca el diseño de estos nuevos personajes que siguen siendo fieles a la propuesta animada clásica, poniendo atención a los detalles y las formas en que ellos toman vida.

Esto funciona muy bien para las escenas de acción que, a diferencia de la saga de Bay, se distingue todo lo que pasa en pantalla. Además, cada uno tiene su pequeño momento de brillo en la pantalla. Otro gran aspecto es la ambientación y los lugares que esta aventura visita, ampliando el panorama nuevamente al salir de la clásica hecatombe en Nueva York, Los Ángeles o demás ciudades víctimas de la destrucción para llevarlo a una locación como Perú, con todo y sus problemas en cuanto a la representación del país y su cultura. Asimismo, la música juega un papel importante, destacando el hip hop y el rap además de una banda sonora adecuada por parte de Jongnic Bontemps.

Tráiler oficial de Transformers: El despertar de las bestias / Paramount Pictures México

Hay que decir que el drama humano tiene sus pros y contras. Ante la ausencia de Hailee Steinfield y la angustia adolescente de Bumblebee, se agradece que la subtrama de los hermanos y la arqueóloga muestre cierta crítica social hacia la discriminación y los roles sociales, volviéndose un poco el centro de atención en el inicio del filme. Después, pasa a ser olvidado por el espectáculo de efectos especiales y la presencia de Mirage (Peter Davidson), que toma la batuta durante gran parte de la narrativa. Si bien aún no logra cohesionar ambas partes del todo bien, esto no afecta al gran entretenimiento final.

No, aquí no existe la profundidad en el relato, pero es en esa sencillez y la forma en que la acción se monta para que sus verdaderos protagonistas luzcan lo que le da puntos a favor a Transformers: El despertar de las bestias. Aunque, para conveniencia de la historia, se le da muchas vueltas predecibles al conflicto, al menos lo hace ofreciendo un espectáculo congruente a la esencia de la saga. Con esa voluntad de cambio y promesas de un futuro que puede ser bastante alentador ante esa escena final, esta secuela da otro buen paso en un verano de blockbusters donde se posiciona como una gran opción que tiene todo lo que la fórmula pide: escenas épicas, peleas grandilocuentes y mucha acción en la búsqueda de ser una franquicia transformada que ofrezca más de lo que vemos.

Sobre el autor

Ficha técnica

  • Título original: Transformers: Rise of the Beasts
  • Dirección: Steven Caple Jr.
  • Guion: Joby Harold, Darnell Metayer, Josh Peters, Erik Hoeber, Jon Hoeber
  • Reparto: Anthony Ramos, Dominique Fishback
  • Duración: 127 min.
  • País: EE.UU
  • Año: 2023