Las niñas bien

Un relato del clasismo mexicano.

Hablar de la adaptación a cine de aquella novela de Guadalupe Loaeza, lanzada originalmente en 1987, implica hablar directamente del México de esos tiempos, un país que venía de enfrentar sexenios en crisis, donde las consecuencias de la nacionalización de la banca, las inversiones mal redituadas y las devaluaciones eran pan de cada día.

El contexto nada alentador de la sociedad mexicana es tomado por Loaeza para hablarnos justamente desde la visión de la clase que, usualmente, se siente intocable ante estos problemas, una clase que se siente alienada conforme al resto (y no para bien), donde lo que los «nacos» sufren no es de su incumbencia. De ahí nace «Las Niñas Bien».

Aunque el título podría remitir a comedias hechas en México de corte simplón (la referencia más cercana para el público podría ser Niñas Mal, con Martha Higareda), nada podría estar más alejado de la realidad. Si bien el texto de Loaeza es de un tinte cómico/satírico, en el fondo oculta un drama y un problema social que es una constante en el país desde hace siglos: el clasismo.

Así, la directora Márquez Abella, en su segundo largometraje de ficción, decide tomar la idea de Loaeza y reflejarla en la pantalla grande de una manera fríamente eficaz, acompañandose de un cast que luce muy bien, especialmente Ilse Salas, que con su Sofía, es el corazón amargo de la cinta.

Still de Las Niñas Bien.

Ubicados en 1982, el año en que los bancos mexicanos son nacionalizados, la historia nos lleva de la mano en la vida de la burguesía mexicana, la alta sociedad representada en el círculo de «niñas bien» de Sofía (Salas, robando cada escena donde sale), su incondicional Alejandra (Cassandra Ciangherotti, siguiendo el legado actoral de su familia) y demás, quienes parecen vivir en la gloria sin saber el golpe de realidad que les espera.

Los grandes méritos de la cinta no se quedan en lo narrativo, un guión bien desarrollado por la misma directora, sino que van más allá en cuanto a la representacion de la década ochentera, las canciones, los vestuarios y un diseño de producción muy destacado que nos mete de lleno a este ambiente frío, aburguesado, donde todo parece tan perfecto y a la vez falso, además de usar colores fríos como el blanco y azules muy claros, para ver el aparente brillo de la alta sociedad mexicana y su inevitable decadencia.

Rodeada de estos factores, la historia transcurre y nos maneja una situación clasista en todos sentidos, donde los ricos no aceptan a los nuevos, donde el racismo y la discriminación son algo nada extraño y donde la sociedad y sus problemas, aparentemente distantes, cual burguesía francesa en las épocas de los Luises, los alcanza, haciendo que el clasismo siga vigente pero solo cambie de bandera.

Still de Las Niñas Bien.

La crítica social es clara en el discurso original de Loaeza y se aplaude que Márquez Abella lo capte así y no lo suavize. Lo refleja tal cual es, un México donde el clasismo persiste, donde la diferencia de clases es muy marcada y que no importa que tan a salvo te sientas, nunca sabe uno en que lado de la balanza estará, algo que deja muy en claro con la subtrama de Ana Paula (Paulina Gaitán), una joven con suerte que, por más que quiere entrar en ese círculo, no es aceptada hasta que las cosas cambian.

Estrenada el año pasado en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), donde fue aplaudida, y ser una de las cintas en competencia en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), no cabe duda que Las Niñas Bien es un mensaje que nos recuerda que el clasismo es un mal que sigue vigente en México y en el mundo, donde los viejos ricos caen y los nuevos ricos toman su lugar. Crudo, pero cierto.

Trailer:

Trailer de Las Niñas Bien.

Sobre el autor

Ficha Técnica

  • Directora: Alejandra Márquez Avella.
  • Guion: Alejandra Márquez Avella.
  • Reparto: Ilse Salas, Flavio Medina, Cassandra Ciangherotti, Paulina Gaitan, Johanna Murillo, Jimena Guerra.